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Presencia economica

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¿Adiós a la pobreza?

 

Siendo hoy el Día de la Tierra valdría la pena preguntarse: ¿constituye una utopía, un sueño o algo irrealizable la propuesta del presidente del Banco Mundial (BM), el coreano Jim Yong Kim, para que los gobiernos del mundo se propongan como meta la erradicación de la pobreza extrema a más tardar para el año 2030?

Según el Informe de Desarrollo Humano de 2014 del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) uno de cada cinco habitantes del mundo vive en situación de pobreza o pobreza extrema. Eso significa que 1.500 millones de personas no tienen acceso a saneamiento, agua potable, electricidad, educación básica o al sistema de salud, además de soportar carencias económicas incompatibles con una vida digna.

Que no se trata de abrumar con cifras grises, pero conviene no olvidar ni por un segundo que en pleno 2015 hay poco más de 1.200 millones de personas que padecen los rigores de la pobreza extrema, la cual se mide en función de la cantidad de dinero que dispone una persona para acudir al mercado en busca de bienes y servicios necesarios para su subsistencia.

En efecto, desde el 1985 el Banco Mundial ha acuñado un patrón de línea internación al de pobreza donde se define que una persona que disponía de tan sólo 2 dólares para comprar los bienes y servicios para su supervivencia era pobre, mientras que si sus ingresos no superaban 1 dólar diario entonces caía en el profundo pozo de la pobreza extrema, pero desde el 2008 esa cifra se ha reajustado en 1 dólar con 25 centavos.

Pero, ¿cómo se combate la pobreza extrema? Se combate con voluntad política para auspiciar una mejor distribución de los ingresos entre la sociedad, evitando así la concentración de la riqueza en selectos núcleos clasistas y la exclusión social de grandes grupos humanos que, aunque participan directamente en la generación de los bienes y servicios necesarios para la subsistencia, no perciben los ingresos necesarios para acudir al mercado en busca de los mismos.

Y puesto que en el mundo todavía persiste el culto a las sacrosantas fuerzas del mercado que pregona una supuesta asignación de recursos en base a la ley de la oferta y la demanda, unido a una falta de voluntad política para auspiciar efectivas acciones gubernamentales en la distribución de los ingresos, podría pensarse que la propuesta de eliminación de la pobreza extrema para el año 2030 hecha por el presidente del BM no deja de ser una utopía.

Pero ya lo dijo en uno de sus poemas el inmortal escritor uruguayo Eduardo Galeano (1940-2015): “La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar.”

Así, la propuesta del presidente del BM que fija un año-meta para la eliminación de la pobreza extrema sobre la faz de la tierra debe verse como una ruta a seguir para avanzar en la lucha contra la pobreza. Y en eso está lo positivo.

El Nacional

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