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TPP: ¿Quo Vadis?

“¿Quo vadis?” es una expresión latina que significa “¿Adónde vas?” o también “¿Para dónde caminas?”.

Y asumida por la literatura económica suele emplearse para hacer referencia, por ejemplo, a la ruta que toman los fenómenos productivos, comerciales y financieros durante su evolución.

Así, para Estados Unidos el Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica (TPP, por sus siglas en inglés) se proyecta como un acuerdo comercial clave dentro de su horizonte económico-político.

El presidente Barack Obama acaba de afirmarlo: “China llenará el vacío económico en caso de que Washington no logre completar y poner en marcha un pacto de libre comercio con países de Asia, América Latina y Oceanía (es decir, el TPP).”

Y para que no quede dudas al respecto, el actual inquilino de la Casa Blanca enfatiza: “Si nosotros no escribimos las reglas, China escribirá las reglas en la región. Quedaremos al margen, tanto las empresas como la agricultura estadounidense. Eso se traducirá en una pérdida de empleos en EE.UU.”

Por eso apuesta a que Washington lidere el TPP.

Pero, ¿por quién doblarían las campañas en caso de que Estados Unidos y otros 11 países suscriban el Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica, en medio de una telaraña de acuerdos comerciales regionales que al 7 de abril de 2015 suman unos 612 tratados, según estadísticas de la Organización Mundial del Comercio?

Se recordará que los países que negocian el TPP desde el 2010 son Estados Unidos, Japón, Australia, Nueva Zelanda, Malasia, Brunei, Singapur, Vietnam, Canadá, México, Perú y Chile, los cuales se caracterizan por poseer costas bañadas por las aguas del océano Pacífico.

Ha llamado la atención los avances en las negociaciones comerciales entre EE.UU. y Japón con miras a suscribir un tratado de libre comercial.

Téngase en cuenta que ambas potencias económicas representan cerca de un 80 por ciento de la producción combinada de los 12 miembros del TPP.

Pero China no permanece con los brazos cruzados ni se muestra de espaldas a esos planes estadounidenses de reducir su influencia dentro de la región asiática.

Pekín juega un ajedrez geoeconómico frente a Washington y eso es lo que explica la decisión del gobierno chino por avanzar en su influencia dentro de países emergentes agrupados en el BRICS (integrado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) y en la consolidación del Área de Libre Comercio Asia-Pacífico integrado por los 21 países miembros del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC).

No olvidemos, ni por un segundo, que los procesos de integración y complementación entre las economías asiáticas se están desarrollando a un ritmo impresionante. Y China ocupa un lugar protagónico en esta ruta integracionista.

Por eso el presidente Barack Obama no quiere abandonar la Casa Blanca sin antes haber estampado su firma en el documento constitutivo del Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica (TPP, por sus siglas en inglés). ¿Quién lo duda?

El Nacional

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