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TPP: secreto develado

El halo de secreto que rodeaba al contenido del controversial Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP) ha sido revelado con la divulgación del documento final firmado en octubre pasado en Atlanta, Estados Unidos.

Téngase en cuenta que el TPP, una vez entre en vigor, sería el acuerdo comercial más grande del globo terráqueo al concentrar el 40 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) mundial aportado por los 12 países negociadores: Estados Unidos, Japón, Australia, Brunei, Canadá, Chile, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam.

El TPP desborda el ámbito estrictamente librecambista para profundizar en mayores niveles de interdependencia entre las partes contratantes, pues de seguro se incrementáran los lazos productivos comerciales y financieros debido a las modificaciones que necesariamente tendrán que hacerse al interior del territorio jurídico de cada una de las economías en aspectos tan sensibles como la competitividad, inversión, medio ambiente, propiedad intelectual, servicios y asuntos laborales.

Rubens Barbosa, quien es el presidente del Consejo de Comercio Exterior de la Federación de Industrias del Estado de San Pablo, Brasil, expresa una verdad categórica: “El TPP es la primera negociación importante en las últimas décadas, llevada a cabo por motivos geopolíticos. liderado por EE.UU., el TPP amplió los intereses y la visibilidad norteamericana en Asia y excluyó a China”.

Es verdad que el TPP expresa la voluntad política de doce países, dentro de los cuales destacan Estados Unidos y Japón, países que ocupan el primer y tercer lugar, respectivamente, dentro de la clasificación mundial de las potencias económicas establecidas en función de la cantidad de riqueza material creada mediante la producción. Se trata de una medición del Producto Interno Bruto (PIB).

China es la segunda potencia económica del globo terráqueo y va siguiéndole los pasos EE.UU. Se trata de una batalla competitiva por el control de los principales flujos de producción y comercio a escala planetaria. Priman los intereses geoeconómicos.

Y al llegar a este punto conviene referirnos brevemente a un término relativamente nuevo dentro del vocablo económico internacional, pero que desde los años noventa se ha estado empleando de manera recurrente: Geoeconomía.

Para Edward Luttwark, estratega militar de origen rumano y radicado en Estados Unidos, la geoeconomía hace referencia “al mantenimiento de la antigua rivalidad existente entre las naciones utilizando medios económicos en lugar de bélicos.

”Podría considerarse como una herramienta para avanzar en la era de la globalización hacia la acumulación de poder político-económico dentro del escenario internacional.

Así, el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP) no debe analizarse al margen de los intereses geopolítico-económicos, sobre todo en momentos en que asistimos a una recomposición del mapa de la economía mundial.

Así lo concibió el presidente Barack Obama cuando el 10 de octubre expresó: “Cuando más del 95% de nuestros clientes potenciales viven más allá de nuestras fronteras, no podemos dejar que países como China decreten las reglas de la economía mundial”.

Entonces ya no se trata de satanizar la entrada en vigor del TPP. Lo que procede es fortalecer los esfuerzos integracionistas en nuestra región latinoamericana y caribeña para actuar de manera conjunta en las negociaciones comerciales internacionales.

El Nacional

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