Opinión

Presencia económica

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Daniel Guerrero

¿Vaivenes petroleros?
El petróleo será por mucho tiempo la principal fuente energética que moverá a la economía mundial, más allá de los avances que se hagan en otras fuentes energéticas (basadas en el sol, aire, biomasa, hidrógeno, biocombustible…), lo que significa que el comportamiento de sus precios seguirá impactando en la marcha de la economía global.
Para la Agencia Internacional de la Energía (AIE), entidad surgida en 1973 dentro del marco institucional de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) que persigue coordinar las políticas energéticas de sus países miembros, para finales de este año 2016 estarán dadas las condiciones para que los precios del petróleo consoliden una tendencia al alza en función del comportamiento de la economía mundial.

Pero el problema petrolero todavía sigue impactado por la gran cantidad de crudo que existe en los mercados internacionales. En efecto, desde el 2014 a la fecha se ha estado registrando una sobreoferta de petróleo dentro de los mercados internacionales.

La demanda mundial ronda los 94 millones de barriles diarios la cual es suplida en unos 33 millones por los miembros de la Organización de Países Productores y Exportadores de Petróleo (OPEP) y otros países 57 millones de barriles por otros productores diseminados en los diferentes continentes.

Durante el pasado año 2015, y a pesar de lento crecimiento de la economía mundial la demanda global del crudo creció en 2,5 millones de barriles.
Conviene saber que unos 4,5 millones de barriles se ofertan en un mercado negro donde participan, entre otros, el grupo terrorista Estado Islámico que controla algunas zonas de Siria e Iraq en connivencia con Turquía, Arabia Saudita y Catar.

Informaciones oficiosas dan cuenta de que diariamente unos 245 mil barriles de crudo son vendidos a Turquía a un precio de vaca muerta, concretándose así ante los ojos del mundo un lucrativo y vergonzoso negocio petrolero entre Estado Islámico-Turquía-Empresarios Europeos, entremezclándose intereses geopolíticos globales.

La dependencia petrolera ha quedado evidenciada en países como Arabia Saudita, Rusia, Venezuela e Irán, entre otros, los cuales han visto afectadas drásticamente sus finanzas públicas debido al derrumbe de los precios del petróleo en los últimos 15 meses, realidad que les está obligando a relanzar sus respectivos modelos de desarrollo económico.

En efecto, ya el gobierno de Arabia Saudita acaba de anunciar la puesta en práctica de un ambicioso plan de reconversión económica con meta al 2030 que persigue dejar atrás lo que denomina “la adicción al petróleo”. Téngase en cuenta que el 90 por ciento de los ingresos presupuestales de la economía saudí dependen de las ventas petroleras.

Pero sostenemos que, contra todos los pronósticos, el repunte en los precios del petrolero parece haber llegado para acentuarse como tendencia a partir del segundo semestre del año 2016, lo que desarrollará una dinámica de recuperación financiera dentro de algunos países productores y exportadores del crudo. Obviamente, ese repunte en las cotizaciones del crudo podría poner en apuros las finanzas públicas de aquellos países importadores netos del crudo y que no guardaron dinero para los tiempos de las vacas flacas.

El Nacional

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