Opinión

Presencia económica

Presencia económica

Ojeando deudas
¿Quién de nosotros no se ha visto atormentado por el pago de unos dolorosos compromisos tomados a rédito o gentilmente prestados por un amigo o familia? ¿Cuál empresario no ha tenido que acudir a tocar las puertas de un banco para solicitar un préstamo con el propósito de mantener a flote su negocio?

A nivel de Estado una deuda es toda obligación financiera asumida por el gobierno y que compromete sus ingresos presentes y futuros, pero también existe la deuda privada, de la cual casi no suele hablarse, pero que en no pocos países ha llegado a superar el monto del endeudamiento público.

Se recordará que durante la crisis económica mundial de 2008-2009 los bancos centrales de los países desarrollados, con Estados Unidos al frente, desembolsaron más de 8 billones de dólares para ir a socorrer a bancos y otras entidades financieras privadas que estaban al borde de la quiebra. Se comprometió el dinero de los ahorrantes y contribuyentes para rescatar a los culpables del caos. ¡Cuánta componenda!

Hace dos años la empresa consultora norteamericana Global Mckinsey reveló que en los 22 países industrializados y las 25 principales economías subdesarrolladas la deuda había aumentado en 57 billones de dólares, pasando de los 142 billones de dólares de fines de 2007, a casi 200 billones para el cierre del 2014.

Cierto: durante el período 2008-2015 los principales países desarrollados (con Estados Unidos, Japón y el bloque de la Unión Europea al frente) han visto acrecentar sus presiones presupuestales por el astronómico incremento del endeudamiento público registrado tras el estallido de la Gran Recesión (2008-2009) fenómeno preocupante que está gravitando sobre el conjunto de la economía mundial.

América Latina y el Caribe experimentan también sus tormentos ante el endeudamiento público, pero hasta el momento su manejo se hace sostenible desde el punto de vista fiscal. El monto de la deuda pública bruta regional representó en 2015 el 51,2 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).

La deuda pública correspondiente al sector público no financiero (que comprende a entidades de la seguridad social, el sector eléctrico, organismos autónomos y descentralizados del Estado, entre otros) alcanzó el pasado año el 55,5 por ciento.

Pero en el segundo párrafo del presente artículo señalábamos que a menudo sólo se habla de la deuda pública, es decir, la contraída por el Gobierno, en cuando administrador del Estado, sin embargo hay países en donde el endeudamiento contraído por el sector privado es enorme.

Durante el período 2000-2015 las empresas y agentes del sector privado latinoamericano y caribeño aumentaron sus obligaciones externas de 218 mil millones de dólares a más de 611 mil millones de dólares.
Lo cierto es que el endeudamiento público está presente en todas las economías del mundo, pues ningún país podría considerarse autosuficiente en recursos financieros para impulsar sus proyectos de inversiones tendentes al crecimiento económico y el desarrollo social.

El Nacional

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