Opinión

Presencia economica

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Sólo en mentes perversas y manipuladas por confesos intereses politiqueros se puede dar credibilidad a las irresponsables acusaciones de que el déficit fiscal registrado en las cuentas nacionales constituye un fraude o robo financiero, llegando a un nivel panfletario de imputaciones contra el desempeño gubernamental del ex presidente Leonel Fernández.

Cuando los ingresos del Estado se encuentran por debajo de sus egresos sobreviene un déficit fiscal; en cambio si los gastos resultan ser menores que los ingresos se estaría en presencia de un superávit fiscal, pero si los ingresos del Gobierno, en cuanto administrador del Estado, son equivalentes a sus egresos se estaría en una situación de equilibrio fiscal, situación muy extraña en el desenvolviendo financiero de los países. 

El balance fiscal del Sector Público Consolidado (SPC) corresponde al resultado obtenido, sea éste déficit o superávit, de la diferencia entre todos los ingresos que registra el sector público, menos todos sus gastos. A ese registro contable de las finanzas públicas  es que se refiere el déficit fiscal de  unos 187 mil millones de pesos proyectado al cierre de la ejecución presupuestal del 2012 por parte del Estado dominicano.

En su documentada alocución del pasado martes 13 el ex presidente Leonel Fernández explicó la composición del déficit fiscal o presupuestal generado durante el presente año. Las cifras se explican por sí solas, y para ser rebatidas se requieren de estadísticas diferentes a las suministradas por el Estado, lo que colocaría al contradictor en una situación tan incó moda como subjetiva.

El estadista dominicano explicó los factores que generaron los números rojos dentro de las finanzas públicas: 1) Una caída en las proyecciones de ingresos del Gobierno por un monto de 40 mil millones de pesos; 2) Alrededor de  51 mil millones de pesos destinados al subsidio del sector eléctrico  y  3) Unos 49 mil millones de pesos para ser destinados a la  capitalización del Banco Central,  el cual quedó en una precaria situación financiera tras la devastadora crisis bancaria del 2003-2004.

Sumadas las tres partidas precitadas tenemos un monto de 140 mil millones de pesos; pero ocurre que el déficit fiscal es de unos 187 mil millones de pesos. Entonces, ¿dónde están los restantes 47 mil millones de pesos? ¿Se los llevó el ex presidente Fernández en sus bolsillos? ¿Fueron sacados del país mediante una flota de barcos o transferidos  a bancos de ultramar?  Nada más falso e insolente.

Los restantes 47  mil millones  de pesos se invirtieron en proyectos y áreas institucionales, incluyendo grandes obras de infraestructuras a todo lo largo y ancho de la geografía nacional y que están a la vista de todos los dominicanos.

Cierto: se registra un déficit fiscal global de unos 187 mil millones de pesos, pero la situación financiera es manejable si se actúa con prudencia y gradualidad para evitar un frenazo en la marcha del crecimiento económico motivado por una brusca reducción del gasto público en medio de un entorno económico internacional cargado de incertidumbre y sombríos pronósticos.

El naciente gobierno del presidente Danilo Medina ha dado señales de prudencia, conciencia y paciencia en la ejecución presupuestal. El apoyo financiero a las pequeñas y medianas empresas (PYMES), a los sectores productivos agropecuarios y a las instituciones que inciden en la captación de los flujos de inversiones, unido a la aprobación de la  reforma fiscal,  constituyen acciones concretas para atenuar los efectos del  déficit fiscal  y  evitar que la economía nacional abandone la senda del crecimiento. Y más ahora cuando  los tambores de la recesión suenan por los predios del mundo desarrollado.

El Nacional

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