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Presencia económica

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Trump: compás de espera
Con el ascenso de la Administración Trump a la Casa Blanca a partir del 20 de este mes se espera la puesta en práctica de una nueva política exterior comercial por parte de Estados Unidos.

El nuevo mandatario norteamericano podría privilegiar las exigencias contractuales unilaterales en lugar de promover las negociaciones multilaterales con un espíritu gubernamental cercano a la cooperación y colaboración internacional.
Al efecto, Jeffrey D. Sachs, investigador y profesor de la Universidad de Columbia, Estados Unidos, hace referencia a la encrucijada en que se encuentra EE.UU. ante un mundo que observa la emergencia de nuevos y activos actores económicos que demandan una mayor incidencia dentro de la gobernanza internacional.

Sachs estima que Estados Unidos ha visto reducirse su poder geopolítico debido a la suma de un conjunto de factores, entre los cuales se encuentran “el ascenso de China, el dinamismo de la India, el crecimiento poblacional y la activación económica en África, la negativa de Rusia a inclinarse ante las pretensiones norteamericanas de aislarla dentro de su propia zona de influencia, así como “su propia incapacidad de controlar lo que sucede en Medio Oriente y la determinación de América latina de ser libre de su hegemonía de facto”.
Por eso se hace necesario observar de cerca la implementación de una nueva política exterior comercial por parte de la emergente Administración Trump.
Más allá de su retórica, lo más probable es que Donald Trump promueva un mayor aislacionismo económico de Estados Unidos, volviendo al espíritu de la Doctrina Monroe (“América para los americanos”) lo que supondrá que dedicará mucha más atención y energía a los asuntos internos que a liderar (o contribuir en el liderazgo de) las iniciativas globales, como el Grupo de los 20 (G-20), los aspectos climáticos o la gobernanza de la globalización.

Debe recordarse que esa denominada Doctrina Monroe, aunque atribuida al entonces presidente James Monroe en 1823 fue concebida por John Quincy Adams cuando desempeñaba las funciones de Secretario de Estado (1817-1825) y prevenía a las potencias europeas de abstenerse de intervenir en los asuntos del continente americano, avizorándose ya un manifiesto interés de Estados Unidos por ocupar el lugar dejado por la dominación imperial europea sobre sus antiguas colonias
Sin lugar a dudas el inició de la Administración Trump marcará el final a las especulaciones y análisis subjetivos en torno a lo que será la nueva política exterior que en el plano comercial adoptará Estados Unidos. Al parecer, repetimos, los asuntos internos de políticas públicas, económica y comercial ocuparán puntos importantes dentro de la agenda del nuevo inquilino de la Casa Blanca.

Hay que descartar una continuidad de Estado en materia de política exterior comercial por parte de la Administración Trump, descartándose la aplicación de la estrategia comercial demócrata de promover la concertación de los mega-acuerdos económicos. Porque soplan ya aires proteccionistas sobre del panorama económico mundial, augurándose un reforzamiento de los mismos durante las ejecutorias del nuevo gobierno norteamericano.

El Nacional

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