Opinión

Presencia economica

Presencia economica

Daniel Guerrero 

¿Un comercio atado?
Lo que siempre se ha sabido acaba de ser reconocido por la máxima gerencia del Fondo Monetario Internacional (FMI), Banco Mundial (BM) y la Organización Mundial del Comercio (OMC): “no todo el mundo se ha beneficiado del comercio”.

En efecto, un documento conjunto presentado recientemente por las citadas organizaciones internacionales -hechuras originales de la histórica Conferencia de Bretton Woods (Nueva Hampshire, 1944) celebrada casi al finalizar la Segunda Guerra Mundial (1939-1945)- reconoce el crítico momento por el que atraviesa el comercio mundial debido al aumento de las políticas proteccionistas y al evidente cuestionamiento a los acuerdos de libre comercio a nivel global.

Los nombres de los máximos gerentes del FMI, BM y OMC se unen para llamar la atención sobre lo siguiente: “El comercio está dejando atrás a demasiados individuos y comunidades…” por lo que hay que “hacer del comercio un motor de crecimiento para todos: en defensa del comercio y de las políticas para facilitar la adaptación”.

Pero si bien es verdad que los señores Christine Lagarde, director gerente del FMI; Jim Yong Kim, presidente del BM y Roberto Azevedo, director gerente de la OMC, evidencian su preocupación por la afectación que la caída del comercio ha generado sobre muchas personas y espacios geográficos localizados en los países desarrollados, el perjuicio mayor, por lógica, ha recaído sobre las economías subdesarrolladas.

Si fijamos la atención en las zonas geográficas pobres se podrá comprobar que durante el periodo 1950-2015 América Latina y el Caribe ha visto decrecer su presencia en las ventas de bienes en 6,6 por ciento, en tanto que África lo hizo en 2,8 por ciento, en tanto que los países asiáticos experimentaron un incremento del 18,9 por ciento en su participación comercial.

Pero con el ascenso de Donald Trump como nuevo presidente de Estados Unidos, principal potencial económica del mundo, y su proclamado discurso proteccionista y de reticencia ante la firma de grandes acuerdos comerciales bajo la vigilia multilateral de la OMC, sostenemos que estamos en la antesala de un retorno a la exaltación del bilateralismo dentro del comercio mundial.

Ya la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), entidad que reúne a las principales economías del globo terráqueo y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) han expresado sus reservas ante el actual curso del comercio mundial y los perjuicios que ha estado generando dentro de la dinámica de las relaciones económicas internacionales.

Incluso, por estos predios regionales ha llamado la atención que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) haya lanzado una propuesta para alcanzar “una mayor integración comercial en la región, creando un Área de Libre Comercio de América Latina y el Caribe (ALCALC)”, para protegerse contra “un ambiente comercial mundial cada vez más difícil”.

Cierto: la agenda del comercio global debería ser reformulada, pero habría que definir el contenido y la estrategia de la misma para visualizar con claridad meridiana quienes serían los principales ganadores y perdedores de la misma.

El Nacional

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