Opinión

Presencia económica

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Daniel Guerrero

¿Deudas necesarias?
Recientemente el FMI mostró su preocupación por el alto nivel de endeudamiento público que está registrando el conjunto de la economía mundial, pues basándose en estadísticas del 2016 la entidad financiera sostuvo que el monto de la deuda pública global superó los 164 billones de dólares, cantidad de dinero que duplicaba el valor del PIB mundial.

El citado nivel de endeudamiento público mundial ha hecho que muchos analistas ya estén planteando la inminencia de una crisis dentro de la economía mundial debido a que el citado problema puede afectar el normal desempeño de la esfera monetario-financiera global, pudiendo afectar de manera directa el desenvolvimiento de la economía real (producción de bienes).

La deuda pública bruta como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) se incrementa en la región latinoamericana y caribeña, realidad que está llamando la atención de los organismos crediticos multilaterales, especialmente del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial (BM).

Al efecto, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) publicó en un reciente estudio que la deuda de los países de la región se situó en el 2017 en el 38,4 por ciento del PIB, proyectándose para el cierre del 2018 un nivel superior.

Brasil sigue siendo el país que tiene el mayor nivel de deuda pública, con un 74,0 por ciento del PIB, mientras que Argentina registra un 53,7 por ciento y Costa Rica concentra un 48,8 por ciento.

La relación deuda pública/PIB en la región latinoamericana y caribeña se acerca vertiginosamente al nivel del 50 por ciento, muy por encima del que se registraba en la década de los años ochenta del pasado siglo cuando se produjo el estallido de la crisis de la deuda externa regional que impactó a nivel mundial.

Ahora bien, se reconoce que si un Estado necesita recursos adicionales para su gestión presupuestal debería captar los “de la manera que resulte menos perjudicial para el crecimiento, sin poner en juego la sostenibilidad de la deuda”. Y los préstamos constituyen una opción.

El propio FMI es partidario de buscar recursos externos a través del endeudamiento, precisando que “para los países que tienen margen de maniobra fiscal, una opción consiste en financiar las políticas mediante endeudamiento adicional”, pero advirtiendo que “deuda debe usarse con prudencia”.

Pero la región luce fraccionada y desunida debido a la incidencia de factores políticos que enfrentan a gobiernos a la hora de orquestar acciones conjuntas ante posibles rupturas monetario-financieras que produzcan el estallido de una nueva crisis económica mundial.

Porque no sería exagerado afirmar que la región se podría encontrar desprotegida ante un retorno de las turbulencias monetario-financieras internacionales. Y es que la probabilidad de una nueva crisis encontraría a los países latinoamericanos y caribeños dentro de un incierto panorama político-económico signado por la desunión.

El Nacional

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