Opinión

Presencia economica

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Los efectos devastadores de la Gran Recesión (2008-2009) sobre el conjunto de la economía mundial han inducido a muchos gobiernos a retomar el papel del oro como moneda de reserva en sustitución del dólar, moneda nacional de Estados Unidos y al mismo tiempo principal divisa internacional.

En efecto,  sectores financieros norteamericanos han advertido que el dólar está perdiendo su rol de moneda de reserva mundial  a  tal punto que “si no se efectúan urgentemente cambios hacia un sistema respaldado por oro (patrón oro) u otro sistema metálico, el dólar está destinado a consumirse siguiendo la estela de las docenas de otras monedas fiduciarias que existieron a lo largo de la historia”.

Pero, ¿qué es una moneda de reserva? Es aquella que los bancos centrales de los estados e instituciones financieras multilaterales mantienen en sus bóvedas y que se utiliza para ejecutar las diversas transacciones internacionales, incluyendo los pagos de los precios de numerosos bienes y servicios transables, tales como el petróleo, materias primas (commodities), alimentos, transporte, operaciones bancarias…  

El monto de las reservas internacionales mundiales  supera los 10 billones de dólares, siendo China el país con mayores niveles al registrar más de 3,1 billón de dólares, seguido de Japón y Rusia, con 1,1 billón y 500 mil millones de dólares, respectivamente, en tanto que Estados Unidos ocupa el lugar 18 dentro de la escala global con unos 463 mil millones de dólares.

Pero ante la debilidad estructural de la economía norteamericana, las turbulencias financieras  en la Unión Europea (UE) y una eventual guerra de divisas en los mercados internacionales, no son pocos los países que se inclinan por acudir a la compra de oro como moneda de reserva, en lugar de los billetes verdes “made in Usa”.

“El oro ha aumentado su valor por la inseguridad en la economía mundial. El oro aumenta su valor porque nadie sabe en qué otra parte colocar su dinero”, al decir   de economistas miembros del Centro de Investigación Económica y Política, con sede en Washington, Estados Unidos.

Tanto Rusia como China incrementan sus niveles de reservas en oro como una forma de prepararse para enfrentar las turbulencias financieras globales  y el colapso de cualquier divisa internacional. Desconfían de la capacidad que goza Estados Unidos de autoabastecerse de dólares con tan sólo poner a funcionar la “maquinita de hacer dinero”.

Con sobrada razón el Fondo Monetario Internacional (FMI) calculó la demanda mundial de oro en el 2012 por parte de los bancos centrales en unas 500 toneladas, siendo las mayores compras oficiales globales en más de cuarenta años. El oro ha devenido en la moneda-refugio por excelencia de la economía mundial.

Y mientras, en la República Dominicana, país caribeño que cuenta con una de las principales minas de oro del globo terráqueo, el tema de la producción y comercialización del precioso metal ocupa un lugar importante dentro de la agenda económica nacional.

Se requiere una renegociación armónica  entre el gobierno nacional y la empresa Barrick Gold para que el país registre justos niveles de ingresos por la comercialización del oro (recurso natural no renovable) del cual es el legítimo propietario. 

Definitivamente, la adquisición de oro es la fiebre que se ha desatado por los predios de muchos bancos centrales. Más que mantener sus bóvedas llenas de dólares, los gobiernos del mundo están auspiciando una vuelta al llamado patrón oro, aunque adaptado al contexto  de la economía contemporánea en la época de la globalización.

El Nacional

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