Opinión

Presencia economica

Presencia economica

Ha fallecido Hugo Rafael Chávez Frías, presidente de la República Bolivariana de Venezuela, y tras este doloroso acontecimiento propicia es la ocasión para resaltar los aportes de este insigne líder popular al proceso de integración latinoamericano y caribeño.

Hasta finales de los años noventa el concepto de integración se asociaba esencialmente a la esfera económica, y dentro de ésta, al marco comercial. En efecto, durante más de cincuenta años se había puesto el acento en la eliminación de barreras artificiales al comercio de bienes y servicios.

La mayoría de los procesos de integración regional tienen como modelo de la integración al proceso de la Unión Europea. En este esquema de integración pensado desde la teoría del libre comercio. 

Los procesos de integración en Europa y dentro de América Latina no son iguales, ya que corresponden a procesos históricos, identidades culturales y características político-económicas muy distintas. Conviene recordar también las iniciativas del Sistema de Integración Centroamericana (SIECA) y de la Comunidad del Caribe (CARICOM).

Pero si los esquemas de integración regional se mantienen segmentados y    apostando en grado sumo a la esfera comercial, no será factible consolidar un proyecto global de inserción de América Latina y el Caribe dentro de la economía mundial.

Mucha razón tuvo el presidente Hugo Chávez cuando en reiteradas ocasiones llegó a sostener que si nuestros países “no trascienden la visión mercantilista, no habrá integración posible. Porque “la integración hay que construirla por otros caminos (…) El tema social por delante del comercial”.

De ahí que se haga necesario avanzar en los esfuerzos regionales para impulsar una integración que desborde el ámbito comercial para afianzarse en las esferas política, económica, financiera, productiva y cultural.

Pero hay que prestar mucha atención a la atomización o multiplicidad de esfuerzos que se agotan en los numerosos esquemas de integración vigentes en la zona y que crean una situación de estancamiento institucional y operativo, a la vez que se traduce en duplicidades de esfuerzos y falta de coordinación para la adopción de posiciones conjuntas  en la esfera internacional.

Y es que se hace necesario construir más integración entre los países latinoamericanos y caribeños. Avances significativos en ese sentido se aprecian en la formación de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y de la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), cimentado en la solidaridad regional.

Un gran legado del pensamiento solidario y de unión regional sustentado por   Hugo Chávez adquiere presencia en la naciente Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC) por ser ésta la síntesis más genuina de la voluntad política regional dirigida a consolidar y unificar el proceso integracionista.

Hay que abrazar los principios de solidaridad entre los países latinoamericanos y caribeños para avanzar en la integración regional, dejando de lado el criterio utilitarista de la competencia entre las economías,  poniendo el acento en la cooperación y colaboración para fortalecer los esfuerzos conjuntos de América Latina y el Caribe, ante  los retos de una economía mundial marcada por la incertidumbre y las turbulencias financieras. Sí, el pensamiento de Hugo Chávez tiene mucho que hacer todavía…

El Nacional

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