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Señor Presidente, ¿usted no sabe que la Policía está torturando de manera inhumana a detenidos, como en los tiempos de la dictadura de Trujillo, en los 12 años de Balaguer o como si estuviéramos en el siglo XVIII?
(Según un reportaje presentado por Nuria Piera, al joven Carlos Paulino Lachapelle, en la Policía, lo colgaron de los brazos con todo el peso del cuerpo, halándolo hacia abajo durante 9 largas horas, y mientras colgaba de los brazos, le golpeaban todo el cuerpo con un bate.
Hoy, ese joven tiene las manos inutilizadas y la familia tiene que pagarle a alguien dentro de la cárcel para que le dé la comida y lo bañe, porque está en la cárcel sin asistencia médica.
(Recientemente, un noticiero mostraba el cuerpo amoratado de un hombre a quien la Policía quería hacerle confesar un crimen que no cometió).
Cada día, la prensa reporta de jóvenes muertos en supuestos intercambios de disparos con la Policía, y luego se demuestra que fue asesinato a sangre fría, y no necesariamente de jóvenes delincuentes.
Señor Presidente, ¿usted no sabe que el contubernio entre el microtráfico, la delincuencia y ciertos grupos de policías tiene horrorizada a la población? Señor Presidente, ¿usted no sabe que el narcotráfico ha penetrado las Fuerzas Armadas?
Señor Presidente, ¿usted no sabe que el narcotráfico ha penetrado la Policía Nacional?
Señor Presidente, ¿usted no sabe que el gravísimo problema del contrabando de armas y drogas, así como la inmigración de haitianos ilegales e indocumentados, por la frontera, no obstante todos los puestos de control que existen, se debe en gran parte a la corrupción de militares y políticos de la frontera?
