Opinión

Prevenir el lavado

Prevenir el lavado

Orlando Gómez Torres

Mucho se ha comentado sobre los potenciales efectos negativos de la nueva Ley de Prevención del Lavado de Activos y contra el Financiamiento del Terrorismo, pero quizás sería bueno considerar los posibles efectos secundarios positivos que podría traer la aplicación de dicha ley, especialmente en la formalización y la transparencia de los pagos en ciertas industrias de la economía nacional.

Un efecto inmediato que se ha podido comprobar en la aplicación de la ley ha sido un aumento sensible en la bancarización de los pagos para inmuebles y la compra de vehículos de motor. En la medida que se estandarizan los medios de pagos a través de la banca para la compra de estos bienes, esto pudiera extenderse hacia otros bienes y servicios dentro del alcance de la ley y por golpe de efecto a lo largo de la economía.
Otro beneficio será la mejora sensible en el clima para hacer negocios en la República Dominicana para la inversión extranjera. Ahora que el país está implementando controles creíbles para la prevención del lavado de activos, más negocios legítimos desde el extranjero sentirán seguridad de invertir en el país sin temor a ser involucrados en algún esquema de lavado, algo que hasta ahora ha sido una de las principales preocupaciones de aquellos que han considerado invertir su dinero aquí.

Más aún, ahora que el cumplimiento de las normas de prevención de lavado se extienden a otros sectores sensibles de la economía más allá del sector financiero, habrá más incentivo hacia la formalización de los negocios en la República Dominicana potenciando la competitividad y creando un mercado más equitativo y justo, con las mismas reglas aplicando igual para todos.

Esta formalización podría inducir hacia un círculo virtuoso que pudiera producir un cambio radical en la cultura de hacer negocios en nuestro país, favoreciéndose la transparencia y la fiscalización por encima de los trucos y acuerdos de aposento que actualmente le caracterizan.

Naturalmente esto también tendrá repercusiones tributarias puesto que la DGII contará con mucha más información para cruzar y reducir los altos niveles de evasión en la economía. Por lo que en el mediano plazo esto podría tener un efecto positivo en las recaudaciones del Estado, toda una estructura que aún queda pendiente por renovar mediante el Pacto Fiscal.

Por lo que no todo debe ser temores y preocupaciones para los sectores productivos en lo que respecta a esta ley. Ciertamente esta trae un cambio de paradigmas, y representa un momento de oportunidad para aquellos que las aprovechen. Si acogemos esta oportunidad, la Ley de Prevención del Lavado de Activos y contra el Financiamiento al Terrorismo pudiera ser el primer paso significativo hacia el cambio positivo que necesitaba nuestro país.

El Nacional

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