Torturas
No se puede dudar, y menos tras la denuncia de la directora de la Defensa Pública, pero es inconcebible que en el país se practiquen todavía torturas para sacar confesiones. Fuera más comprensible de ser como casos aislados.

Sin embargo, de acuerdo con Laura Hernández se trata de una práctica que contrasta, por demás, con la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Las detenciones ilegales y los tratos inhumanos no causan la menor sorpresa, aunque sean tan censurables como las ejecuciones que con frecuencia se atribuyen a agentes de la Policía.

Las torturas para arrancar confesiones que denunció Hernández no son precisamente psicológicas, aunque subrayó que se practican interrogatorios sin cumplir con los procedimientos establecidos.

Hernández tiene razón al calificar de preocupante que a 12 años de la entrada en vigencia del Código Procesal Penal se apliquen métodos de investigación que han debido ser superados. La revelación de la Defensora del Pueblo debería investigarse a fondo para establecer las debidas responsabilidades.