Difuso
Los datos aportados por el vicepresidente de la Corporación de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE) sobre el sector son tan sombríos que tornan más urgente la discusión del pacto eléctrico como respuesta a la problemática. Según Rubén Jiménez Bichara de los 2,149,849 clientes de las distribuidoras, en su mayoría residenciales, el 82% es subsidiado por el Estado. Con ese nivel de asistencia y otros factores que agravan la operación las ilusiones sobre un sistema sano se reduce a un sueño.
El problema puede ser complejo, pero, como reconoció el propio Jiménez Bichara, hay que afrontarlo. La discusión del pacto eléctrico puede servir para explorar fórmulas reales con que enfrentar la sangría del subsidio prácticamente generalizado a los consumidores de electricidad. El vicepresidente de la CDEEE hizo una observación que invita a reflexionar.
De aplicarse el costo real –explicó- habría que duplicar la tarifa a 1,7 millones de clientes y rebajársela a 382 mil. Y resulta más que evidente que un tablazo de esa proporción no lo aguantarían ni los ricos ricos.
