Página Dos

PRIMERA FILA

PRIMERA FILA

Confesión
Al admitir que los agentes de la Autoridad Metropolitana del Transporte (Amet) multaban a conductores que no habían cometido falta alguna, el director de la entidad, Frener Bello Arias, se hace digno de un reconocimiento.

Pero si es importante el mea culpa de una entidad tan polémica, lo más significativo sería que los daños se reparen y que la práctica se elimine de una vez y por siempre.

La afirmación de Bello Arias ha servido para confirmar los abusos y atropellos de los agentes, de quienes en una ocasión se dijo hasta que tenían que cumplir con una cuota de multas, contra los conductores.

A la hora de imponer una contravención hasta por una falta baladí los agentes se engreían, sin entrar en razones. Como si su misión fuera castigar a los conductores, pero más específicamente a los de vehículos privados, porque los del concho son intocables.

Todas esas multas caprichosas resultado del abuso de poder deben ser anuladas. Y antes que sancionar los agentes deben prevenir contra las violaciones de un tránsito cada día más anarquizado.

El Nacional

La Voz de Todos