Inaudito
La oleada sangrienta que en lo que va de año se ha cobrado la vida de más de 40 personas, incluidos varios agentes de la Policía, puede decirse que ha relegado a un segundo plano la protesta contra la corrupción y la impunidad que ha copado la atmósfera desde que afloró el caso Odebrecht.

Como si no fuera bastante lo que ocurre, el ministro de Interior y Policía, Carlos Amarante Baret, se ha destapado con unas declaraciones que no pueden ser más asombrosas. Tras admitir lo que está a la vista, que no se puede negar ni siquiera con el ineficaz criterio de la percepción que suele emplear la Policía, el funcionario afirmó que las autoridades tienen los medios para combatir la inseguridad ciudadana.

De haberse guardado sus explicaciones, Amarante Baret no hubiera causado tanta irritación en una población que se siente acorralada, desprotegida e indignada frente a una criminalidad que ha impuesto el terror en las calles.

Si las autoridades saben lo que se tiene que hacer para devolver la seguridad a la nación, ¿por qué no acaban de intervenir?