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El director de la Policía, Ney Aldrin Bautista Almonte, asume un soberano compromiso con su intención de asignar a los agentes las funciones que les corresponden. Significaría un paso importante en el proceso para adecentar el cuerpo, en lo que se convierte en realidad la aplicación de la diferida ley orgánica.
Como son tantos los agentes al servicio de personas y entidades privadas, Bautista Almonte anunció, como muestra de su determinación, la realización de un levantamiento.
Su antecesor, Nelson Peguero Paredes, llegó a decir que había más de tres mil, de los alrededor de 34 mil que tiene el cuerpo, que no se sabía dónde estaban. Bautista Almonte trilla el buen camino, pero antes que ilusionarse hay que esperar los resultados.
Más en un sistema como el actual en que los procesos institucionales suelen estar minados de obstáculos instalados desde el mismo poder político.
Con agentes dedicados a sus funciones, no prestando servicios particulares, el director de la Policía avanzaría mucho en su objetivo de restaurar la imagen del cuerpo.
