Editorial

Propia tumba

Propia tumba

Tal parece que los proyectos de leyes de Partidos y de Régimen Electoral cruzarán el Rubicón y serán aprobados con el consenso de Gobierno y oposición, impedidos de dar marcha atrás en un reclamo colectivo para que se garantice democracia, transparencia y equidad al interior de las organizaciones partidarias y en las elecciones presidenciales, congresuales y municipales.

Una comisión bicameral, presidida por el senador Arístides Victoria Yeb, realiza vistas públicas para escuchar los diversos planteamientos y propuestas que en torno a esos dos proyectos de leyes formulan representantes de partidos y de entidades de la sociedad civil, clara señal de que aflora voluntad de concertación.

El diputado Alfredo Pacheco, (PRM-DN) reveló que las cúpulas de los partidos mayoritarios, encabezado por la del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), han entablado “buenas comunicaciones”, por lo que cifró “gran esperanza” de que se llegará a un acuerdo en el corto plazo.

La partidocracia se sumiría en el más abyecto descrédito si por alguna razón vinculada con el sectarismo o la aplicación pura y simple de mayoría mecánica en el Congreso se aprueba un estatuto de partidos y una ley electoral que no reflejen el sentido de equidad e igualdad que la democracia demanda.

A los partidos políticos les conviene ofrecer a la población una demostración colectiva de sensatez y buen juicio con la aprobación por consenso de esas leyes que bailotean por años en charcos de demagogia y oportunismo, a menos que prefieran arriesgarse a que el río de la indignación ciudadana los arrastre a mar abierto.

Los temas sobre esos estatutos que hoy son motivo de disenso entre el liderazgo partidario, como la financiación, las primarias y voto preferencial, debieran ser los motivos principales para un gran acuerdo político, si de verdad se desea fortalecer al espacio democrático y no debilitarlo.

El presidente de la Junta Central Electoral (JCE), Julio César Castaños Guzmán, ha advertido que si fracasan las negociaciones para la aprobación de las leyes de Partidos y de reforma comicial, reglamentaría las próximas elecciones por vía de resoluciones, señal de que esa institución no se prestaría a nuevas componendas.

Gobierno y oposición parecen halar la cuerda en la misma dirección en lo que respecta al compromiso de convertir en leyes tan añejas y necesarias iniciativas, pero es necesario advertir que el partido que obre contra ese propósito estaría cavando su propia tumba.

El Nacional

La Voz de Todos