Hugo A. Ysalguez
Hay muchas quejas de los empleados de hoteles y restaurantes, por la retención del porcentaje obligatorio de las propinas que laboran como camareros y en otras áreas de servicio puedan redondear un salario que se ajuste con el trabajo que realizan, cuyo horario excede siempre las diez horas, con escaso descanso. Los establecimientos de expendio de comidas y bebidas pagan el salario mínimo, y muchos hombres y mujeres se inclinan por ocupar una plaza de empleo en esas empresas, pues la propina legal del diez por ciento sobre el total del consumo, los lleva a ganar un sueldo por encima de los 30 mil pesos.
Cuando los empleadores se quedan ilegalmente con el dinero de las propinas, el trabajo deja de ser atractivo para los asalariados, dado que el pago mínimo no compensa el trabajo de largas horas que realizan, y no cubre sus necesidades primarias, por los que algunos están renunciando de sus puestos, buscando otras alternativas que mejore su situación. Y lo peor de todo es que la mayoría de los negocios están cobrando el impuesto y el 18 por ciento de ITEBIS, en los servicios para llevar, violando la ley.
El problema tiene ribetes preocupantes para los egresados y los que estudian hotelería, porque tienen que durar cuatro años para obtener una licenciatura, y no reciben los emolumentos justos por su preparación, a menos que sean colocados como gerentes, capitanes de restaurantes o jefes de bares y bartender, situación que ha causado que baje la matriculación para estudiar esa carrera. La dirección de Impuestos Internos o el Ministerio de Trabajo deberían intervenir para corregir la anomalía.
El artículo 228 del Código de trabajo, establece que en los hoteles, restaurantes, barras, cafés y en general en los establecimientos comerciales donde se expende para su consumo, comidas y bebidas, tienen la obligatoriedad de agregar el 10 por ciento en las notas y las cuentas de los clientes, Aunque los consumidores no están obligados a dar dinero adicional, casi siempre cooperan con el servicio brindado.
En la mayoría de los negocios hoteleros, propinas individuales son reunidas en una caja para distribuidas en partes iguales al final de la jornada, convirtiéndose en una forma de disminuir el impacto de la retención ilegal que realizan esos negocios de la cuotas que señala la ley y que deben recibir los empleados semanal o mensualmente como lo apliquen los empleadores, según el artículo 229 del Código de Trabajo.
