El presidente del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) sugiere a monseñor Agripino Núñez Collado agilizar el proceso de diálogo con los partidos y organizaciones de la sociedad civil que permita la escogencia de los miembros de la Junta Central Electoral (JCE) y del Tribunal Superior Electoral, que entiende deben ser “un profesional del derecho, con mínimo de 12 años de experiencia, así como la inclusión de por lo menos dos mujeres como parte de la cuota de género”.
El ingeniero Federico Antún Batlle planteó al Diálogo Nacional que coordina Núñez Collado, la elaboración de un listado con no menos de 15 elegibles parael TSE y la JCE, los cuales deberán ser sometidos a la depuración que implica cumplir con el perfil del puesto.
También que los miembros del TSE debe ser personas independientes, de reconocida y amplia solvencia moral y no tener antecedentes penales, además de ser dominicano de nacimiento u origen y tener más de 30 años de edad y no haber sido candidato a posiciones electivas presidencial, congresual o municipal en por lo menos ocho años antes de haber sido postulado, entre otros requisitos.
Sostiene que el proceso de diálogo no debe ser festinado como quieren algunas fuerzas políticas del país y dotar a la nación de un Código Electoral que incluya la Ley de Partidos y otras que tratan temas vinculantes.
Antún Batlle remitió una comunicación a Núñez Collado, con lo que el PRSC entiende debe ser el perfil y el procedimiento para escoger a los nuevos miembros y suplentes de ambas instituciones, cuyas sugerencias sean enviadas a los organismos constitucionales que tienen la facultad para elegirlos.
“En interés de contribuir con el enriquecimiento del debate, queremos que el país sea dotado de una normativa electoral lo suficientemente completa y blindada, que garantice la transparencia y eficiencia de los próximos procesos electorales”, expresó.
Dijo que “en ese diálogo hay mucho en juego y si no logramos rescatar los procesos electorales para que sean diáfanos, transparentes, equitativos y no excluyentes, y si continúa el proceso electoral contaminado por el más vulgar clientelismo, uso desproporcionado de los recursos del Estado, administradores parcializados para alterar la voluntad popular, se estaría cerrando las puertas de la democracia”.
