“Quirinazo” y sicariato
El escándalo mediático que comienzan a llamar “Quirinazo” corre de boca en boca destilando veneno y deja bajo grave cuestionamiento, en la peor coyuntura de su popularidad reconocida en encuestas, la imagen del expresidente Leonel Fernández en su afán por retornar al poder.
La realidad obligó al presidente del PLD responderle a Quirino Ernesto Paulino Castillo, quien se considera su acreedor y hasta socio en Funglode, con la tradicional elegancia retórica del político remachada con cita bíblica y sin refutar contundentes aseveraciones del narcotraficante.
El PLD no puede disimular la disputa interna por el poder, pero como sabe lavar ropa sucia, Danilo Medina y miembros del Comité Político han dado espaldarazo a Fernández, cuyos adláteres encadenan sucesivas actividades de respaldo y unidad.
El análisis interesa no obstante saber que ofende quien puede no quien quiere y convendría identificar beneficiados del “Quirinazo”, a quién atribuirle su paternidad y si detrás hay cerebros ocultos, con una oposición adormecida, fragmentada y hasta ahora con poca posibilidad de éxito electoral.
Respuestas a preguntas “¿quién dice qué por cuál medio y con qué propósito?” conducen a otra conclusión teórica, pues aunque el personaje sea convicto por narcotráfico, condición que descalifica sus imputaciones, habría que buscar intención ulterior y génesis de desafiante actitud de sicariato moral.
El medio radial fue escogido, no azar, en segunda vuelta porque el primero no llenó expectativas de “rattings” ni morbo populachero y la puesta en escena no disimuló el montaje que hasta avezado abogado de narcos afirma se trató de transmisión diferida como “programa pregrabado”.
El propósito final está clarísimo, mellar imagen y descalificar al ex gobernante lo que interesa no solo a Quirino, sino a quienes lo controlan fuera del país y ahora pretenden utilizarlo como pieza clave para el sicariato moral y alimentar la percepción de que “Estados Unidos no quiere a Leonel”.
