Tres discursos y 23 días

Tres discursos pronunciados por dirigentes partidistas en lapso de 23 días, entre 25 de mayo y 17 de junio, cambiaron el panorama político justo a once meses de elecciones generales de 2016, en medio de relampagueante reforma constitucional con arranque estrepitoso del tren de la “reelección”.

Leonel Fernández, presidente del Partido de la Liberación (PLD), marcó la “raya de Pizarro” con vibrante calificativo de “inaceptable” al proyecto para modificar la Carta Magna que, sorprendentemente, menos de 72 horas después sus seguidores, opositores a tal iniciativa. aprobaron sin menor recato.

En un santiamén, con rapidez sin precedentes, leonelistas se sumaron al coro “reeleccionista” de Danilo Medina y el 6 de mayo, doce días después de hablar su líder, la modificación que rechazaban y condicionaban ya era historia con la proclama de la “nueva” Constitución.

Para explicar lo inexplicable, Miguel Vargas Maldonado, presidente, candidato presidencial y dueño franquicia del Partido Revolucionario (PRD), habló dos semanas después que Fernández, lunes 15, para formalizar su declinación a favor de Medina, ya adelantada con apoyo legislativo a reforma.

Ocurrió lo impensable, aparentemente ilógico, la unión de archirrivales políticos mayoritarios, sumada a languidez y sumisión fáctica del Partido Reformista Social Cristiano ante mieles del poder peledeísta, con lo que los hermanos hijos de Juan Bosch lograron su entendimiento.

Solo faltaba que hablara el gran ganador, silente beneficiario de acuerdos y negociaciones de reparto adelantado de posiciones electivas bajo el negocio de “reelección por reelección”, el presidente Medina, quien discurseó el miércoles 17 para cerrar el círculo y tratar de legitimar todo lo consumado.

El análisis severo de estas alocuciones lleva a concluir que todos son políticos sin escrúpulos que tomaron de excusa supuestos principios y valores manipulados en intento de confundir al pueblo para al final demostrar que son iguales en busca de beneficios particulares y grupales a costa del erario.