Opinión

PUNTOS… Y PICAS

PUNTOS… Y PICAS

Carlos Manuel Estrella

La ausencia de lluvias en la cantidad estimada los últimos meses ha provocado alarma en las autoridades del sector agua que han transferido esa preocupación a los ciudadanos con datos que también son motivo de zozobra para quienes padecen los rigores de la sequía.

Si bien el ser humano no controla los designios de la naturaleza para tener más o menos agua como líquido vital, su comportamiento frente al ambiente influye en que las fuentes de este recurso escaso y bien estratégico puedan ser más benignas y protegidas.

Los embalses o presas sirven de almacenamiento precisamente para contrarrestar períodos de grave sequía como la actual, siempre que cumplan funciones para uso en consumo humano, riego y generación hidroeléctrica y no generen conflicto inter institucional por hegemonía funcional.

En todo esto, no obstante, la educación ciudadana es vital por cuanto quienes disfrutan regularmente el privilegio del líquido deben tener conciencia de que su escasez obliga al racionamiento, evitar fugas y desperdicios, así como a restricciones del uso comercial.

Más que inquietar con declaraciones alarmistas que señalan días faltantes para agotar el suministro de consumo doméstico, el gobierno está obligado a impedir despilfarros con el agua y, al mismo tiempo, aplicar acciones para abastecer sectores carenciados del líquido.

En estos momentos no basta con pedir “dos pesos de agua a las ánimas”, como en célebre cuento de Juan Bosch, para vencer la sequía, y más que eso, es necesario llamar a la conciencia individual y al deber colectivo de ahorrar este recurso de vida que cada vez es más escaso en el planeta.

Es tiempo de aunar voluntades gubernamentales del sector agua con acciones conjuntas de protección al ambiente que favorezcan las fuentes acuíferas y también para decisiones oficiales en dirección al inaplazable racionamiento y manejo estratégico de este bien público vital.

El Nacional

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