Contrastes de gestión

Los tres años de gestión del presidente Danilo Medina están marcados por contrastes e increíble valoración positiva sostenida según encuestas que le atribuyen popularidad sin precedentes que compite con sus pares latinoamericanos y hasta con el Papa.
La inversión del cuatro por ciento en educación con la construcción de aulas y planteles junto a ampliación de tanda extendida es, sin dudas, el punto luminoso del ejercicio presidencial que tiene el reto de completar ese logro con mejoría cualitativa para docentes y programas.

La estabilidad macroeconómica que implica crecimiento del producto interno bruto y control cambiario, con inflación de un dígito, es otro éxito admitido por especialistas que también advierten vertiginoso endeudamiento externo que absorbe el 47 por ciento del PIB para su servicio.

El dinamismo económico insuflado a pequeñas y medianas empresas, dirigido a sectores agroindustriales estimulados con apoyo directo del mandatario vía financiamiento a productores organizados en semanales “visitas sorpresas” es novedad positiva de Medina.

En la otra cara de la moneda están las malas notas del trienio presidencial con expresión máxima en la inseguridad ciudadana y delincuencia fuera de control, así como preocupantes escándalos de corrupción sin sanción y protegida por impunidad.

Esto se valida a nivel regional y deja al país mal parado con resultados de encuesta Barómetro Latinoamericano que ubica al Congreso, Justicia, Policía y partidos políticos en creciente pérdida de confianza de más de 10 puntos porcentuales en período 2004-2014.

A pesar de la proclama oficial que atribuye al gobierno sacar miles de ciudadanos de pobreza extrema y de inversiones en mejoría de hospitales, el empleo y servicios de salud son insatisfactorios y en el sector eléctrico las prometidas soluciones están en veremos.

En lo político, hegemonía del partido gubernamental y control estructuras de poder, marcan tendencia preocupante hacia totalitarismo con creciente populismo como aliciente.