¿Una nueva oposición?

La oposición política estuvo dormida y de vacaciones los primeros tres años del presidente Danilo Medina y ahora que despertó parece dispuesta a trabajar como necesario contrapeso democrático para cumplir su rol crítico en la construcción de soluciones y debate de ideas.

La labor partidista oficial se concentra en atender la clientela con asistencialismo parasitario a costa del erario, mientras los partidos fuera del gobierno no pasan del “declaracionismo” mediático, sin propuestas concretas ni consistencia en líneas de acción opositora.

Después de Luis Abinader ser proclamado candidato presidencial por el Partido Revolucionario Moderno (PRM) y Medina consolidarse como aspirante continuista con apoyo adicional del Partido Revolucionario (PRD), el panorama electoral presenta dos polos: uno oficial y otro opositor.

Abinader recibió el respaldo de la oposición de Dominicanos por el Cambio y Eduardo Estrella, así como de Fidel Santana y el Frente Amplio, mientras Medina tiene la fuerza avasallante gubernamental del Partido de la Liberación (PLD), con endoso perredeísta y reformista.

A partir de esta definición, el PRM ha producido tres pronunciamientos críticos que marcan agradable diferencia y obligan a pensar si nace una verdadera oposición democrática, con planteamientos contundentes para debatir ideas y romper el unipartidismo que implanta el PLD.

Cuestionar la fijación semanal de precios combustibles con argumentos contundentes que causaron reacción oficial inmediata con baja sin precedentes de dos dígitos, así como pasar balance a “visitas sorpresas” de Medina cada semana y señalar promesas incumplidas, ha sido novedoso. Si esa tendencia continúa, la democracia se fortalece con mejor y real oposición al gobierno, generadora de debate constructivo y proposiciones concretas.