Opinión

PUNTOS… Y PICAS

PUNTOS… Y PICAS

Carlos Manuel Estrella

Escándalo Odebrecht

 

El tema diario de opinión pública (y “opinión publicada¨ forzada) es el escándalo internacional de corrupción de la empresa brasileña Odebrecht y las repercusiones locales con admitido soborno de 92 millones de dólares recibido por personeros gubernamentales.

Lo que se conoce aquí es por informaciones procedentes del exterior a partir de la negociación de la constructora con el departamento de Justicia de Estados Unidos que destapó los sobornos en 12 países por más de 788 millones de dólares para lograr obras públicas.

Odebrecht se declaró culpable ante la justicia y aceptó pagar 2 mil 600 millones de dólares a Estados Unidos, Brasil y Suiza. Los países involucrados son Angola, Argentina, Colombia, Ecuador, Guatemala, México, Mozambique, Panamá, Perú, Venezuela y República Dominicana.

En muchos de estos, con montos menores de sobornos que aquí, hay encarcelados y hasta condenados, se citan expresidentes implicados, pero en RD se tratan de apañar las cosas porque este país sigue siendo especial, reino de impunidad con patrocinio oficial.

Aquí las cosas serán distintas y como siempre se quedará en “mucha espuma y poco chocolate”, se buscará un chivo expiatorio, como ya se intenta, y todo quedará resuelto “a lo dominicano”, como se anticipa con anunciado “acuerdo” con la empresa delincuente.

La Procuraduría General de la República anuncia esa negociación que obliga a Odebrecht a pagar la multa que indica la ley 448-06 sobre soborno en comercio e inversión equivalente al duplo del monto sobornado y se presenta como éxito, pero ignora que en adición la empresa debe quedar inhabilitada de operaciones, según ley 340-06 sobre compras y contrataciones.

Ese acuerdo, por demás “confidencial”, acusa graves fallas jurídicas que lo podrían invalidar, no está judicializado y en base al criterio de oportunidad del ministerio público, buscan sepultarlo con vergonzoso “archivo”. No hay presos ni los habrá. Solo procura inmunidad, es una vergüenza.

El Nacional

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