¿Contra la corrupción?

El discurso obligatorio del presidente Danilo Medina en reunión de la Asamblea Nacional en el aniversario de la República, que debe ser rendición de cuentas, fue exposición de cuentos y palabras repetidas sobre la corrupción.
Si bien el gobernante cumplió el mandato del artículo 128, numeral 2, literal j de la Constitución al depositar en el Congreso las memorias del último año de gestión, nunca cuestionadas por legisladores, como siempre presentó logros en economía, educación, salud y obras públicas.

Crecimiento económico sin tocar endeudamiento, construcción de aulas sin mejora para profesores, generación de empleos sin salarios dignos, modernización hospitales con menor acceso a pobres y muchas obras públicas sin mencionar sobrevaluaciones, fue parte del menú de bonanzas.

Hasta ahí “cumple” el precepto constitucional para pasar a derrochar lógico optimismo por más de dos horas de propaganda y anuncios, como mejora salarial para policías que no resuelve la inseguridad ciudadana y promesas huecas que no impiden la impunidad.

El mandatario lució exaltado, vibrante, populista y demagogo en esperado asunto de sobornos admitidos por Odebrecht, 92 millones de dólares, sin aportar elementos nuevos o pruebas que demuestren real interés presidencial en actuar más allá de palabrerías. El tema Odebrecht se centró en defensa de su proyecto Punta Catalina, pero no mencionó últimos escándalos de corrupción, como la venta de terrenos del Consejo Estatal del Azúcar, que provocó tres muertes en San Pedro de Macorís, y de CORDE con el barrio Los Tres Brazos.

Ningún impacto novedoso tuvo el discurso de Medina, fue una repetición de palabras del Procurador General de la República, expresiones manidas, repetidas, vacías y de cero credibilidad en pueblo que afirma es más de lo mismo o “allante y movimiento”.

“No habrá vacas sagradas”, “hasta las últimas consecuencias”, “caiga quien caiga”, son solo palabras del… ¿abanderado contra la corrupción?