Opinión

PUNTOS… Y PICAS

PUNTOS… Y PICAS

La contundente victoria de República Dominicana en el Clásico Mundial de Béisbol se convirtió en principal acontecimiento noticioso que trascendió el ámbito deportivo para elevarse a asunto de interés nacional dentro y fuera de fronteras insulares,  como fenómeno digno de aprovechar.

Los miembros del equipo quisqueyano evidenciaron en terreno de juego lo conocido con antelación pero no demostrado fehacientemente hasta ese momento, que el país es potencia mundial en béisbol y principal finca para desarrollar talentos que llegan al estrellato de Grandes Ligas.

Nuevamente el deporte, en otras circunstancia fue el arte popular, une más de 10 millones de dominicanos no importa lugar de asentamiento ni condición de ningún tipo, alrededor del sentimiento colectivo de euforia y gozo por el aplastante triunfo nativo con marca inmaculada de 8-0.

Esa carga positiva que eleva la dominicanidad es fuerza importante y aprovechable en otras circunstancias, referida a cuestiones fundamentales para la convivencia pacífica y estado de bienestar del amplio segmento poblacional que vive acogotado por dificultadas cotidianas e incapacidades oficiales.

La simbología del plátano, con su exquisita variante gastronómica “mangú”, junto al ataque ficticio con flechas aniquiladoras del contrario al finalizar cada partido, surgió espontáneamente y fue aprovechada como ritual de unidad, reflexión y compromiso del equipo con la causa.

¡Qué hermoso gesto de peloteros millonarios!, sin necesidad de más recursos pero sí de gloria, exaltación y admiración por compatriotas que seguían su labor paso a paso, en aras del objetivo logrado con creces, estimulado por vibrantes sentimientos positivos enfocados al éxito.

El camino victorioso estuvo minado de dificultades salvadas que ahora son historia, referencias para aprender del pasado, porque corrigieron errores, hubo planificación, persistencia hacia el logro, voluntad, compromiso y patriotismo.

El Nacional

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