Opinión

PUNTOS…Y PICAS

PUNTOS…Y PICAS

  El día nacional del periodismo motiva felicitaciones, halagos para quienes lo ejercen, valoraciones sinceras y espontáneas, o cosméticas, así como reflexiones que pueden derivar en cuestionamientos a protagonistas del oficio y privilegiados “comunicadores sociales”.

El periodista, y quienes viven como “opinadores públicos autorizados” conforme expresión de sociólogo, está bajo la lupa social y dejó de ser el impoluto de antaño, sacrificado servidor comunitario con vocación casi sacerdotal que orientaba su labor basada en valores de bien colectivo.

En esta era de tecnología de información y comunicación, los medios masivos llamados genéricamente prensa constituyen en mayoría un mecanismo de control, dominio mediático, manipulación constructora de “opinión publicada” y, en menor modo, instrumentos de presión comunitaria.

La lucha entre el bien y el mal sigue presente, reflejo inmediato del dilema ético que envuelve al calificado mejor oficio del mundo, según el genio literario colombiano, que enfrenta dos caras de una moneda: el compromiso social y la actividad de negocio.

Entonces, conviene distinguir el objeto llamado empresa de la comunicación e información (o deformación), que como tal persigue rentabilidad no solo pecuniaria, del sujeto o ser humano que ejerce la función basado en valores orientados al servicio público y bien común.

Las nuevas redes sociales, si bien han contribuido a democratizar y popularizar la difusión de información, responden más a desahogo o catarsis que a la misión sagrada, de medios tradicionales de comunicación masiva y del periodista, que es servir a la verdad.

El cuestionamiento a medios como objeto o instrumento, por encima del periodista como sujeto del ejercicio, tiene explicación en su vínculo con estructuras de poder económico y político que imponen su dominio para decidir la agenda informativa, lo “importante” o principal.

 El día del periodismo obliga al autoexamen sobre el oficio y renovación de votos del periodista de verdad.

El Nacional

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