Opinión

“¿Qué hay en un nombre?”

“¿Qué hay en un nombre?”

Lo del Partido Revolucionario Mayoritario (PRM) es un fenómeno extraordinario, dado por antonomasia. Nada premeditado ni programado. Y, a decir verdad, les viene como anillo al dedo a los perredistas excluidos del fracasado intento de Miguel Vargas por apoderarse de la fuerza política más votada. Más bien hay en ello una expresión natural en la que se reconoce una diferenciación entre uno y otro grupo. Uno con los símbolos, inorgánico, vacío, y el otro seguido por las mayorías, las que votan y se expresan en la calles.

Atributo que conviene, con más propiedad, a quienes, apegados a los principios que le dieron origen, se hacen de su iniciativa la más característica, la más destacada o importante. De ahí su incuestionable condición, la que no se pierde a pesar de los insistentes temores de quienes secuestraron la marca con sus iconos. Plan siniestro cuya complicidad quedo despejada en la Junta Central Electoral (JCE). Puedes quedarte con el nombre de un partido o una empresa, violentando normas, pero no con los sentimientos de lealtad y fidelidad de sus seguidores y clientes. Es lo que ha ocurrido.

Estamos ante un proceso histórico, dialéctico, que va más a allá de un simple nombre. (“What’s in a name? That which we call a rose / By any other name would smell as sweet.”/ Shakespeare).Es la esencia lo que determina el desenlace de todos los acontecimientos de la vida, no un simple nombre. Enunciado que, por demás, pocas veces llena su cometido. Le quitas lo de mayoritario, los colores y el gesto triunfante de una manos cerradas a esta fuerza, que ahora se reafirma renovada, con mas bríos, y lo que consigues es sumarles más adeptos. Los nombres de personas evocan paisajes e idílicas situaciones que pocas veces con el carácter y destinos de quien lo lleva. De ahí que los motes suelan tener un mayor significado por obedecer un hecho cierto. Es lo que puede ocurrir con el PRM. Es mayoritario por antonomasia, llámese o no así. Nadie puede detener las tendencias o fuerzas populares, arrasadoras como la de un caudaloso río.

Los que aún no forman parte del PRM, van a decidirse por solidaridad o por rechazo al constante abuso. Nada convoca más repudio. Y de eso se trata. De una agresión en cadena que ya no es contra el PRM, sus dirigentes y militantes, sino contra a toda la sociedad. Para saber lo que es un pueblo en pie de lucha dispuesto a enfrentar a Miguel y al PLD, había que estar en el lanzamiento de la Convergencia, celebrado el 24 de agosto en Nagua. Pregunten a quienes tuvieron la dicha de estar presentes en ese evento. Y sabrán la respuesta.

 

El Nacional

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