Opinión

¡Qué hombre tan bueno!

¡Qué hombre tan bueno!

El presidente electo Barack Obama es considerado un hombre inteligente y con mucha intuición política, pese a su juventud. Entre los que le consideran esas condiciones se encuentra Fidel Castro, un hombre más que certero en las palabras.

Se hace cuesta arriba creer que en el caso de Obama haya ni una pizca de ingenuidad. Entonces, ¿qué le motiva afirmar que George W. Bush le parece “una buena persona”, sabiendo el costo que tiene esa afirmación para su imagen política?

“Creo, a título personal, que (Bush) es un buen hombre, que adora a su familia y a su país”, dijo Obama en una entrevista exclusiva a la cadena de televisión CNN. ¿Su repuesta fue un asunto de protocolo? ¿Conmiseración? ¿Temor o prudencia por lo que pueda sucederle antes o después de juramentarse como presidente?  

Se puede expresar muchas conjeturas, pero en un país a donde han asesinado a dos presidentes y a un tercero lo balearon de gravedad, no es de descartar que el temor sea la causa de los piropos a uno de los presidentes más impopulares del imperio, pero representante de la línea dura de su país.

Si por el contrario Obama está convencido de que es bueno el hombre que ha ordenado el holocausto de Irak; las torturas en cárceles clandestinas y en la base de Guantánamo; el secuestro; que ha dado luz verde al genocidio contra los palestinos, entonces habrá cientos de millones de personas sorprendidas después del próximo martes.

Si sus palabras son para curarse en salud, si se trata de eso, entonces es entendible. El establishment del imperio no transige cuando se trata de defenderse y defender a quienes les han servido. Sin lugar a dudas, nunca ha jugado con eso.

Fidel, en un diálogo con Ignacio Ramonet, fue muy escéptico al éste preguntarle su parecer respecto a la versión oficial estadounidense, en cuanto a que Lee Harvey Oswald fue quien asesinó al presidente John Fitzgerald Kennedy (quien se opuso a desembarcar marines en Cuba) y que no tenía conexión con nadie.

Para matar dos pájaros de un tiro, el poder planeó asesinar a Kennedy e implicar a Cuba, lo que le permitiría una agresión posterior a gran escala. Se llegó a elaborar la coartada de que Oswald tenía simpatía con la Isla y trató de visitarla antes del magnicidio y Fidel dijo que no lo permitieron porque “la gente nuestra tenía una desconfianza terrible”.

Y agregó: “Oswald posiblemente era un agente doble. Se sabe como es la cosa, que va a la Unión Soviética y viene, y se sabe cómo se vigilaban en plena guerra fría unos a otros”.

No hay dudas que Obama está dispuesto a ser un firme presidente del imperio, pero eso de que Bush le parece “una persona buena” hay que verlo en el contexto de lo que es el poder detrás del trono y lo dicho por él en cuanto al diálogo con Cuba y Venezuela; los plazos para sacar las tropas de Irak, y otras cositas más, que de seguro no han gustado a los fascistas acunados en la cúspide del poder.

El Nacional

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