Opinión

¿Qué pasa en el PRD?

¿Qué pasa en el PRD?

Los que desconocen la dinámica del PRD necesitan entender la lógica de actuación y los manejos de una organización llamada a jugar un rol estelar en  la vida institucional. Es lamentable, pero los niveles de repulsa contra el gobierno no se trasladan de manera automática en simpatías a favor del partido blanco.

                         La llegada del sector conservador a la dirección, constituyó un intento de transformación en las líneas estratégicas que, procurando conectarnos con franjas sociales históricamente adversas al PRD, no puso la atención necesaria en atender la tradicional base de sustentación electoral ubicada en los sectores populares, baja clase media y los liberales. Por el contrario, el desdén abrió las compuertas para estimular una “nueva visión” donde los actores de mayor connotación partidaria se excluyeron de la toma de decisiones y se crearon las condiciones para un asalto de la agenda y compromiso que transformó el partido hacia litorales corporativos, desvinculado de las masas e incapaz de ejercer la oposición.

                         No es extraño el intento de reorientación conservadora porque el presidente del PRD se siente cómodo en ese rol. Aunque ha sido un dirigente de larga militancia, nadie le conoce fascinación por los temas ideológicos, y las sumatorias públicas que su gestión incorpora  la constituyen figuras provenientes del ala conservadora de la sociedad. Y eso no es malo. José Francisco Peña Gómez nos enseñó una inteligente co-existencia con franjas de todos los estamentos. Lo extraño es que los de reciente ingreso pretendan imponer ideas en un cuerpo partidario desconocido por ellos y reactivo a sus planteamientos.

                         Pasar balance al año de gestión de Miguel Vargas podría contribuir a una clara interpretación de un PRD que no termina de prender en el corazón de los dominicanos. Un partido socialdemócrata vota por el aborto, impone a los legisladores respaldar la privatización de las playas y se humilla en el contrato de la Barrick Gold, establece las bases de inconsistencias que tienen  costo político. Además, las reservas a favor de  un sector, la asignación de recursos con  claro sello grupal y la distribución de espacios dirigenciales a cambio de vincularse a la corriente del presidente del partido crean las bases que imposibilitan la unidad interna.

El Nacional

La Voz de Todos