Opinión

¿Quién me explica?

¿Quién me explica?

Lo que falta en la actual dirección del Partido Revolucionario Dominicano es un gesto enaltecedor capaz de enviar señales claras hacia sectores internos que no están a gusto con un estilo corporativo, desconectado de los sectores populares e incapaz de encabezar un ejercicio opositor serio y responsable.

Afortunadamente, todos nos conocemos.

Y no hay que ingresar a las aulas de la universidad de Harvard para entender que la naturaleza del sector que ocupa los puestos principales del partido  no está en capacidad para encabezar un proceso de articulación de todos los sectores sociales que aspiran a desplazar del gobierno al Partido de la Liberación Dominicana.

El afán por otras cosas, creó las condiciones para favores que impiden actuar al partido en la dirección que un segmento del país desea.

 Si queremos ganar el favor del electorado, debemos cambiar el estilo de dirección del PRD.

Y es que un auténtico ejercicio opositor debe marcar distancias con la fuerza que ejerce el poder, porque ahora un retorcido sentido del oportunismo opositor anda pululando en algunas mentalidades partidarias, con el deseo de convencernos de recibir cuotas en la Liga Municipal Dominicana para colocar un exponente del clan exquisito con la intención de “equilibrar” con el gobierno.

 El PRD debe respetarse. 

La pretensión de tomar el control de la Liga Municipal Dominicana constituye una de las tantas torpezas que, subestimando la inteligencia de la gente, cree posible entretenernos para esos manejos turbios, que, por demás, son terriblemente dañinos a un partido digno de mejor suerte.

El Nacional

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