Opinión

QUINTAESENCIA

QUINTAESENCIA

Rafael Ciprián

Don Mignolio Pujols

 

Los abogados y notarios dominicanos y del mundo, pertenecientes a la Unión Internacional del Notariado Latino (UINL), estamos de luto por el recién fallecimiento de una de las glorias jurídicas nacionales: Don Mignolio Pujols. Su paso por el ejercicio de la toga y el birrete nos llena de orgullo y dignidad. Supo convertirse en una fuente exquisita de armonía y conocimientos. Sirvió sin mezquindades a todos los que requirieron sus servicios profesionales o su consejo de amigo abnegado.

Resultaba común escucharle decir, mientras defendía como abogado inteligente y mesurado a su cliente o cuando actuaba como Notario ante un requerimiento: “Yo no quiero ser parte de este conflicto, yo deseo ser parte de su solución; busquemos el mejor acuerdo posible y que sea de provecho para cada uno.”

Don Mignolio Pujols fue presidente de nuestro honorable Colegio Dominicano de Notarios y Consejero Permanente de la UINL. En ambas funciones se caracterizó por sus ansias de servir, siempre buscando el bien común. Los fedatarios dominicanos quedamos marcados por una deuda de gratitud eterna frente a ese egregio hombre de las ciencias jurídicas y del quehacer ciudadano.

El nombre de don Mignolio Pujols se convirtió en una figura paradigmática. Supo volar sobre la lucha de intereses que tanto acogota a los hombres y mujeres del Derecho y que es tan común y necesaria en los menesteres de pedir justicia. Eso se debió a que actúo como un abogado que nunca olvidó su alta investidura de Notario. Recordemos que el abogado se parcializa con los intereses de su representado y se convierte en parte del conflicto judicial, mientras que el Notario siempre debe conservar su imparcialidad e independencia en cada una de sus actuaciones, para revestir el acto que instrumenta con el manto de la fidelidad plena a las voluntades de los contratantes, a la seguridad jurídica y al ordenamiento legal. Por eso resolvía los diferendos de sus clientes con el tacto de un Notario ejemplar. Su autoridad moral fue incuestionable.

Don Mignolio Pujols fue un abanderado de que en nuestro país se institucionalizara la Jurisdicción Voluntaria Notarial, como la impulsa la UINL en el mundo. Y le cabe el honroso mérito de ser uno de los pioneros en la prédica de esta sentida aspiración del notariado dominicano.

Todos los que fuimos honrados con la amistad, siempre sincera y abierta, de don Mignolio recibimos la influencia de su voluntad bienhechora, de su carácter firme en los principios y de su don de gente. Nadie que lo tratara podía quedar indiferente ante su regia personalidad.

En San José de Ocoa, su tierra natal, como en todo el país, sabemos que don Mignolio Pujols vivió como viven los buenos y limpios de corazón: entregado a los valores éticos y morales, y a la lucha sin estridencias para que su patria alcance el fortalecimiento institucional que permitirá una mejor justicia para todos los dominicanos. Ese era su anhelado sueño. Así sea.

 

 

El Nacional

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