Opinión

Quintaesencia: De Bosch a Danilo

Quintaesencia: De Bosch a Danilo

El profesor Juan Bosch, supo recoger el legado de Inmanuel Kant, el célebre filósofo alemán, con su imperativo categórico de cumplir con el deber, aunque se perjudique; de Simón Bolívar, con su guerra contra el colonialismo español y su sueño de la unidad latinoamericana; de José Martí, con su compromiso libertario y su lenguaje bíblico; de Eugenio María de Hostos, con sus ansias educadoras para la transformación de las personas y de la sociedad; de Juan Pablo Duarte, con su ideal independentista y redentor de la dominicanidad; de Ulises Francisco Espaillat, el civilista y Presidente ejemplar, quien, como Bosch, por su decoro y dignidad, solo duró siete meses en el Poder. Ellos marcaron para siempre, con su rúbrica intelectual y su pragmática patriótica, a don Juan.

Por ser un discípulo de esos prohombres, Juan Bosch se irgue como el paradigma de los nuevos tiempos dominicanos.

El pensamiento de Bosch constituye el corpus teórico más acabado para comprender y transformar la realidad de hoy.

Duarte jugó su rol en su época. Por el escaso desarrollo de su tiempo, el patricio no pudo crear un trabajo teórico que nos sirviera de faro en la coyuntura actual.

Pero su accionar patriótico está vigente. Es a Bosch, por actuar en tiempos más favorables, por la experiencia acumulada, que le toca la misión de producir la base teórico-analítica que servirá de guía para que el pueblo se convierta en sujeto de su propia historia.

Obras fundamentales como “Composición social dominicana”, “De Cristóbal Colón a Fidel Castro…”, “Clases sociales en la República Dominicana”, “La pequeña burguesía en la historia…”, “El capitalismo tardío en la República Dominicana”, entre otras, nos permiten adquirir la cosmovisión para comprender la realidad actual.

Por la comprensión que tenía Bosch de nuestra sociedad, en la campaña presidencial del 1990 prometió sembrar el país de industrias. Él sabía que es imprescindible la creación de una estructura productiva que agregue valor a las mercancías, para impulsar la economía nacional.

Solo así se dan las condiciones objetivas, es decir, de realidades materiales y sociales, que nos permiten dar el salto a las condiciones subjetivas, o sea, ideológicas y de organización social y política, que llevaran al pueblo a mejorar sus condiciones de vida.

El presidente Danilo Medina tiene la oportunidad de recoger ese legado de Juan Bosch. Y está consciente de esta tarea. Por eso afirmó: “El compromiso es construir una sociedad de clases medias, de superar la pobreza, de que ningún joven tenga que irse del campo.”

Y si a este objetivo le agregamos el plan nacional de educación y la construcción de la planta termoeléctrica de Punta Catalina, tendremos las condiciones para impulsar la industrialización planteada por Juan Bosch.

Así las cosas, a Danilo solo le faltará erradicar la corrupción, la impunidad, el clientelismo y el patrimonialismo para materializar el ideal de Juan Bosch. Así sea.

El Nacional

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