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Expectativa

Feria del Libro

 

Tal parece que el único gran acontecimiento que marcará la inauguración mañana lunes de la XIX versión de la Feria Internacional del Libro es la presencia del escritor Mario Vargas Llosa para recibir el premio Pedro Henríquez Ureña. Se habla poco de lo que será un evento en que tradicionalmente ha predominado el espectáculo y el comercio de alimentos y chucherías sobre la cultura.

Para muchos el libro ha quedado relegado a un segundo plano frente a los lujosos pabellones oficiales para distribuir propaganda y llamar la atención. Lejos de enriquecerse, las ferias del libro, que por aquí suelen bautizarse como la gran fiesta de la cultura, se han debilitado por el escaso protagonismo que ha tenido una de las más grandes creaciones de la humanidad.

El libro, sin el cual el conocimiento no se hubiera transmitido, ha presentado una de las principales fuentes del saber. En el evento que se inaugura mañana, el libro, en cualquiera de sus versiones, tiene que ser el centro de todas las actividades y en torno al cual tiene que girar todo lo relativo con la feria.

Como director del Libro y la Lectura de la feria, Valentín Amaro tiene una gran responsabilidad para hacer que la cultura sea el gran radio de acción de un evento que no se puede reducir a la presencia de Vargas Llosa.

El Nacional

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