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Lamentable Pero cierto

La vinculación del procurador general de la República con el Poder Ejecutivo no constituye necesariamente una traba, como afirmó el vicepresidente de la Fundación Institucionalidad y Justicia (Finjus), en la lucha contra la corrupción.

No ha sido la tradición, pero si los procuradores se ciñeran al mandato de las leyes, los intereses personales o partidarios no normarían sus atribuciones. Sería mucho pedir, claro está, que el procurador Jean Alain Rodríguez refutara con hechos la lamentable realidad. Aunque es claro que si fueran completamente independientes, sin esas ataduras que cita Servio Tulio Castaños Guzmán, tal vez no existiría la impunidad ni desconfianza que caracterizan los procesos por corrupción. Por supuesto que Castaños Guzmán tampoco ha dicho nada nuevo, pero no por repetida su clarinada deja de representar un toque de atención.

Tanto en lo referente al rol del Ministerio Público como a la función, que tanto censuró, de la Cámara de Cuentas. Con el aval que le confiere su formación y experiencia en el ámbito de las leyes, el vicepresidente de Finjus subrayó que hay muchos casos en que la Cámara de Cuentas, que preside Licelot Marte de Barrios, puede actuar, si la Procuraduría no lo hace, contra imputados en casos de corrupción.

El Nacional

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