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Ocupación aceras

¿Peatón no es gente?

 

Cierto es que se trata de un mal que viene de viejo. Pero que caminar por las aceras de las calles de algunos barrios sea una tarea imposible desnuda la irresponsabilidad con que las autoridades han abordado la ocupación de los espacios públicos.

Comerciantes, talleres y hasta parqueadores de vehículos se han apropiado de las aceras y tramos de las calles sin que el Ayuntamiento del Distrito Nacional, la Autoridad Metropolitana del Transporte (Amet) ni ninguna autoridad competente se haya dado por aludida. Aunque también se han originado sus accidentes.

El reportaje publicado el lunes por este diario bajo la firma del periodista Jorge González ilustra con bastante elocuencia cómo los transeúntes tienen que tomar las calles, con todos los riesgos que implica con un tránsito anarquizado, porque las aceras son ocupadas por negocios.

El desorden no se verifica únicamente en el entorno de la Duarte con París, sino en muchas otras vías. Anuncios y programas para recuperar los espacios, incluso acompañados de escaramuzas, no han faltado. Pero el obstáculo para el transeúnte se mantiene, para colmo de males sin la más ligera señal de resolverse, como un verdadero desafío para el orden y la seguridad. Y demostrar que el peatón no es gente.

El Nacional

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