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Herida ocupación

Todavía sangra

 

El pretexto era salvar vidas, pero la esencia de la ocupación estadounidense de 1965, de la que mañana se cumplen 52 años, era evitar el retorno al poder del profesor Juan Bosch, quien había sido depuesto por un golpe de Estado en 1963.

El gobierno del presidente Lindon B. Jonhson encontró en la presencia de comunistas en el movimiento constitucionalista la causa para el desembarco de los marines que a sangre y fuego troncharon los anhelos de un pueblo que el día 24 se había levantado en aras de restaurar el principio institucional.

Sin embargo, el numeroso ejército, sus sofisticadas armas ni el respaldo con que contaron los soldados estadounidenses de parte de las fuerzas comandadas por el general Elías Wessin y Wessin impidieron que los constitucionalistas les plantaran resistencia en defensa de la democracia y la soberanía nacional.

El sector de Ciudad Nueva y sus alrededores se convirtieron en escenarios de intensos combates entre las tropas estadounidenses y las fuerzas constitucionalistas comandadas por el coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó, líder de la revuelta popular.

Si la herida causada por la primera intervención de 1916 jamás ha cicatrizado, tampoco la provocada por la de hace 52 años. Aún sangran.

El Nacional

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