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Dos fiscales
Bajo presión

Sin importarles las consecuencias, los presidentes de Venezuela, Nicolás Maduro, y de Estados Unidos, Donald Trump, coinciden en que ambos tienen acorralados a sus respectivos fiscales. Luisa Ortega Díaz se ha convertido en un incordio para Maduro desde que pasó a criticar las supuestas violaciones constitucionales del Gobierno.

En represalia le han congelado sus cuentas bancarias, impedido salir del país y sometido a todo tipo de presiones, pero sin éxito, para apartarla del cargo. Como ironía del destino también Trump la ha emprendido contra el fiscal Jeff Sessions por la independencia de este en la investigación sobre la trama rusa.

A diferencia de la venezolana Ortega Díaz, su colega estadounidense, quien fue uno de los aliados más fieles de Trump durante la campaña electoral, vacila sobre su decisión. No sabe si renunciar o someterse a los deseos del mandatario a costa de la independencia inherente a su puesto.

La embestida contra los fiscales plantea que el estilo de Trump y Maduro es el mismo, a diferencia de países como Colombia y Perú, donde los fiscales han interrogado a sus presidentes sobre el caso Odebrecht sin dar lugar a una crisis política. En Venezuela Ortega Díaz ha resistido los embates para destituirla por parte del Gobierno.

En Estados Unidos tal parece que Sessions no exhibe tanta fortaleza frente a los descalificativos del imperativo gobernante, quien, como Maduro, ha procurado poderes especiales para tomar algunas decisiones.

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Jeff Sessions

El Nacional

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