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De la Iglesia

Actitud confusa

Tras identificarse al sacerdote Elvis Taveras Durán como responsable de la salvaje muerte del exmonaguillo Fernelis Carrión Saviñón, la Iglesia católica pidió perdón a los familiares de la víctima y apartó al religioso de la congregación.

Al ser la primera vez que la Iglesia exhibía una actitud tan sensata, lo menos que podía pensarse era que hoy se estaría hablando de que sus más altos representantes obstruyen la investigación para aclarar el horrendo crimen cometido en la parroquia de Hainamosa.

Oficiales que participan en la investigación han revelado que la Iglesia ha negado que se requise el centro religioso en procura del martillo y el cuchillo utilizados por Taveras Durán para ultimar al joven, con quien mantenía relaciones sexuales. El Concordato que data de 1954 prohíbe el allanamiento a la parroquia.

Pero siempre que respondan a la verdad las quejas de investigadores y del abogado de la familia de la víctima, la Iglesia católica debería flexibilizar su actitud y demostrar su interés en que el crimen se aclare, facilitando todas las pesquisas que sean necesarias.

En lugar de que se diga que pone obstáculos para determinar incluso si en el brutal crimen intervinieron otras personas lo que debe decirse de la Iglesia católica es que colabora en con el proceso.

Los tales obstáculos solo dejan mucho que desear, pero en modo alguno constituyen una barrera infranqueable para dilucidar todo lo relativo al crimen. Al menos siempre que haya voluntad en aclararlo.

El Nacional

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