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Detalles urticantes

Rebelión de jueces

 

Todo el que tiene ojos para ver ha podido captar el profundo malestar en el sistema judicial que traduce la protesta protagonizada el martes por los jueces a nivel nacional. La movilización va más allá de una simple inconformidad por sanciones a quienes hayan transgredido las normas o incurrido en alguna violación.

Los jueces hablan, en pocas palabras, de represión y falta de independencia, como se evidencia al demandar del Consejo del Poder Judicial, que preside Mariano Germán, que proceda con objetividad, divorciado del populismo cuando algún magistrado incurra en una falta que amerite un juicio.

Al realizar la protesta en el marco de la investigación sobre la sospechosa excarcelación y misteriosa desaparición del sicario Alejandro Castillo Paniagua (Quirinito), a causa de la cual se ha suspendido a dos magistrados, la protesta puede prestarse a confusión.

Sus argumentos dejan la impresión, entre otras lecturas, de que toman decisiones por órdenes superiores o bajo presión, pero a la hora de la verdad son los que tienen que pagar los platos rotos.

Si los jueces no están en lo cierto en sus alegatos contra supuestas prácticas deplorables, que afectan y erosionan la credibilidad del sistema judicial, entonces el malestar es todavía más grave.

El Nacional

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