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Rebota

Policía fronteriza

 

Si la creación de una fuerza mixta fronteriza se trató de un globo de ensayo, sus auspiciadores no han tardado en calibrar el rechazo que la iniciativa ha encontrado en la población.

Tan extendida ha sido la oposición a que haitianos y dominicanos conformen un cuerpo para vigilar la franja de alrededor de 395 kilómetros, que el proyecto ha rebotado como una bola de ping pong.

En adición a las tradicionales diferencias entre haitianos y dominicanos en ninguna parte se ha visto el proyecto expuesto por el embajador dominicano Alberto Despradel, que contaría con la tutela de Canadá.

Es cierto que nada oficial todavía hay al respecto, pero desde antes que el plan pueda formularse ya la opinión pública se ha pronunciado.

El dominicano tiene tantas reservas a esos proyectos, que hasta rechazó la colaboración al Gobierno haitiano ofrecida por el ministro de Defensa, Rubén Paulino Sem, en la conformación del Ejército del vecino país.

Los proyectos de desarrollo que cualquier nación quiera implementar en la franja entre ambos países no puede incluir el desatino de un Ejército mixto. La posibilidad es una señal de que la población tiene que estar alerta con determinados planes en la zona, porque la idea de la fuerza conjunta no surgió por generación espontánea.

El Nacional

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