Como cabía anticipar la aprobación por el Senado en primera lectura de las primarias abiertas en el proyecto de ley de partidos políticos no ha tardado en generar una acalorada polémica con muy variopintos matices.
La irrupción de prominentes representantes del clero católico, como el obispo de la diócesis de Baní, Víctor Masalles, y monseñor Jesús Castro Marte, auxiliar del Arzobispado de Santo Domingo, reflejan la dimensión que cobra la controversia.
Sin excluir intervenciones como la del presidente de la Junta Central Electoral (JCE), Julio César Castaños Guzmán, quien ha defendido una ley de partidos de paz y consenso, así como de otros sectores que se han expresado en la misma dirección. Masalles apuntó al Gobierno al declarar que con las primarias abiertas se perseguía facilitar la reelección del presidente Danilo Medina, en tanto Castro Marte fue más ecuánime al ofrecer a mediar para consensuar la pieza entre todos los sectores.
El religioso rechazó, sin embargo, que a los partidos políticos se les imponga el método, como sería el caso de las convenciones abiertas, para escoger sus candidatos.
En la objeción al modelo aprobado por el sector legislativo que se identifica con el presidente Medina se citan el jurídico, habida cuenta de que ya había sido prohibido por una sentencia de la Suprema Corte de Justicia, pero también el político, que deriva del temor de que se pueda utilizar el poder para incidir en las decisiones de los partidos.
Las opiniones de los obispos crean más interés.