El Banco Central informó que en el primer cuatrimestre de este año la economía creció un apoteósico 6,4%, liderado por el sector zonas francas.

Pero ese dinamismo no acaba, por lo visto, de tranquilizar a algunos actores que insisten en un pacto fiscal, que implique la reducción del gasto, para despejar los nubarrones en que se han convertido factores, desde su punto de vista, como el peso de la deuda.

Mientras el presidente de la Asociación de Empresas Industriales de Herrera (AEIH), Antonio Taveras Guzmán, señala que la economía ha dado señales de asfixia “que no se corrige con simple oxígeno”, el representante del Banco Mundial, Alessandro Legrottaglie, planteó que la actual coyuntura es propicia para una reforma fiscal.

Considera que se trata de la mejor salida para evitar que el país caiga, como han advertido algunos economistas, en una insostenibilidad fiscal por los niveles de endeudamiento y los bajos ingresos.

Pero desde diferentes latitudes del Gobierno se ha descartado ese temor, mostrándose un crecimiento económico acompañado de una eficiencia en las recaudaciones fiscales.

Sin embargo, economistas como Ernesto Selman, vicepresidente del Centro Regional de Estrategias Económicas Sostenibles (CREES), advirtió que el pago de intereses y el peso de la deuda demandan mucha atención porque se trata de problemas que penalizan las finanzas públicas. Con un panorama tan confuso la gente no sabe qué creer.