Opinión

Rand Paul

Rand Paul

Orlando Gomez

A medida que se acercan las primarias para las elecciones presidenciales de los Estados Unidos, la atención del mundo lentamente vuelve a enfocarse en el futuro político de esa nación. Si bien ya gran parte de la prensa desde fuera de la nación americana parece estar apostando a la demócrata Hillary Clinton y el republicano Jeb Bush como los seguros candidatos por sus respectivos partidos, a medida que han ido surgiendo precandidatos de uno y otro bando, no puedo evitar hablar del precandidato y senador republicano del Estado de Kentucky, Rand Paul. Si bien aún no me atrevería a poner dinero detrás de la afirmación de que este pudiere hacer algo similar a Obama y dar la sorpresa, por lo menos sí guardo esperanzas de que influya lo suficiente en el discurso político de las elecciones como para romper la monotonía ideológica que viene sofocando tanto a demócratas como republicanos

Si a una persona de fuera de los Estados Unidos se le dice de la existencia de un candidato presidencial en el vecino del norte que propugna por terminar la era del intervencionismo militar, eliminar el espionaje masivo de la Agencia Nacional de Seguridad, poner fin a la Guerra Contra las Drogas, favorecer la descriminalización de la drogas “blandas”, eliminar las sentencias mandatorias por crímenes no violentos que en su mayoría afectan a las minorías raciales, que no se opone a la unión entre homosexuales y que afirma que la Guerra de Irak fue un error, es muy probable que su interlocutor le diga que ese candidato es del partido demócrata. Curiosamente todas esas posturas son de la plataforma del republicano Rand Paul, y en cada uno de los casos yendo mucho más allá de lo que jamás han planteado demócratas como Hillary Clinton o Joe Biden.

Rand Paul, que viene del ala libertaria del partido republicano que una vez encabezó su padre Ron Paul, ha reajustado los mensajes más extremistas que en su momento enarboló su papá y ha venido acomodando su posturas alrededor de un modelo más centrista donde el conservadurismo fiscal y el liberalismo social pueden coexistir dentro del complejo entramado de ideas que componen el panorama político de los Estados Unidos.

Si bien las encuestas actualmente ubican a Rand Paul como el precandidato republicano con mejores posibilidades de derrotar a Hillary Clinton en una eventual contienda, las posibilidades de que este pueda obtener la nominación republicana para efectivamente hacerlo, no son las mejores. La tarea de conseguir votos dentro del partido republicano le va a llevar a ajustar su mensaje para satisfacer a las alas neoconservadoras y ultra-cristianas y conseguir sus votos, lo que a su vez pudiera restarle mucho apoyo con los libertarios que le apoyan pero que tienden a aborrecer las posturas más populares de los neoconservadores y ultra-cristianos.

Lo realmente interesante de Rand Paul no son sus posibilidades de lograr la nominación o si es capaz de dar la sorpresa. Lo bueno de un candidato como Rand Paul para Estados Unidos y el resto del mundo, es que este puede obligar a los demás candidatos a abordar temas de impacto global directo o indirecto, los cuales de ninguna otra manera serían abordados sin que un precandidato relevante los traiga al debate. Precandidatos como Rand Paul son los que hacen el seguir las elecciones de los Estados Unidos un ejercicio divertido.

 

 

 

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