Opinión

Reacciones fáciles

Reacciones fáciles

La Constitución del 2010, modificada como un traje a la medida en el 2015 para viabilizar intereses coyunturales del actual sector mayoritario del PLD, estableció una serie de mandatos para ser ejecutados con posterioridad a su promulgación.
Muy pocas de esas ordenanzas se han implementado y, hasta cierto punto, es normal que eso ocurra, sobre todo en un país donde los ritmos de las cosas importantes suelen ser aletargados.

El artículo 81 de la Carta Magna establece, en su numeral primero, que la Cámara de Diputados estará compuesta por 178 miembros, distribuidos en proporción a la densidad poblacional. Como los datos del censo del 2010 arrojaron cambios significativos en la población de varias demarcaciones, tal circunstancia determina que algunas provincias disminuyan su número de diputados y otras lo incrementan.

En función de esa nueva composición poblacional, la JCE ha emitido una resolución estableciendo los lugares que tendrán menos representantes en la Cámara Baja y los que tendrán más. Cuatro de los principales partidos de la nación le han solicitado al organismo electoral que en razón del escaso tiempo que falta para las elecciones del 2016, posponga la ejecución de su resolución.

Eso ha desatado los demonios y se han levantado voces acusando a los partidos de pretender violar la Constitución y de coaligarse para emprender acciones malévolas. A mí, la crítica me ha parecido desproporcionada, injustificada y reveladora de que con mucha frecuencia a tantas personas les resulta cómodo manifestar disensos y quejas en aspectos no tan trascendentes, al tiempo de asumir un silencio cómplice en las circunstancias realmente importantes.

El argumento de que se intenta aplicar un cambio a poco tiempo de un proceso electoral lo considero válido y, tratándose el tema de algo vinculado por completo al tópico electoral, tiene mucho peso el hecho de que una representación partidaria significativa se unifique para solicitar su postergación. Después de todo, ¿qué son las elecciones si no una competencia entre partidos políticos? Si estos aceptan determinadas reglas del enfrentamiento que van a librar, no veo razones para no atenderlos.

Cuánto valor hubiese tenido escuchar estas voces reaccionando con tal nivel de virulencia en las ocasiones que se ha hecho añicos la Ley Sustantiva con el único e ilegítimo propósito de permitir la repostulacion de presidentes electos con constituciones que les prohibían ser candidatos en un certamen sucesivo. Haber callado ayer, resta contundencia al reclamo actual. Ante lo fácil, cualquiera reacciona!!

El Nacional

La Voz de Todos