HIGÜEY. Un haitiano que se encuentra impedido de trabajar como consecuencia de los golpes que recibió de parte de miembros de la Dirección General de Migración (DGM), reclamó que el Estado lo indemnice económicamente.
Guillaume Jean Wilkens, quien es camarero y albañil, dijo que fue maltratado rudamente por los agentes de Migración durante una redada en contra de los haitianos, pese a que tenía sus documentos de residencia en regla.
Señaló que el atropello ocurrió el 3 de julio de 2007, mientras transitaba por una calle de esta ciudad con destino a su trabajo y fue mandado a parar por la gente de la DGM. Agregó que pese a que le mostró al inspector Héctor Gómez sus papeles de residencia, éste se los arrebató de las manos y le dijo que eran falsos.
A seguidas, y junto a otros dos inspectores identificados como Rafael Guerrero y Richard Mota, lo agarraron, lo tumbaron al suelo, lo pisaron, lo patearon y lo esposaron de forma violenta.
Yo les decía que estaba legal y uno de ellos me golpeaba por el costado y por la cara, pero gracias a la intervención del supervisor de la DGM, Eufemio González Ortiz, dejaron de hacerlo, narró. Indicó que luego de ponderar su caso, ordenaron quitarle las esposas y lo despacharon, pero sus documentos de residencia nunca aparecieron.
Wilkens dice que por entender que estaba legal en el país no quiso montarse en la guagua de la Dirección de Migración y que ese fue su único delito. Debido a los golpes recibidos, tiene problemas en la columna vertebral que le impiden trabajar.
Pidió la intervención del presidente de Haití, Michell Martelly, y la embajada de su país.
