Semana

RECORDANDO LA HISTORIA

RECORDANDO LA HISTORIA

Contrario a las virtudes y falsos méritos que algunos historiadores le confieren,  el caudillo Pedro Santana nunca creyó en el denominado proyecto República Dominicana. Esto  puede colegirse de la posición que asumió  en el año 1844 cuando ofreció  el control del país a Francia y un año después a España.

Santana hizo lo mismo en 1849 año en que la ofreció a Inglaterra, Francia y Estados Unidos, llegando con este último a firmar un tratado secreto de entrega  de la península de Samaná, que felizmente no prosperó por la rápida intervención de los cónsules europeos.

Las gestiones para anexar la República a España se materializaron en el mes de marzo de 1861, hace 150 años,  después de que durante algo más de dos años el general Felipe Alfau, comisionado por Santana para hacer realidad  sus deseos anexionistas, lo lograra con la Reina Isabel II.

La anexión comenzó  formalmente con  la proclama  de Santana desde el balcón  del Palacio de Gobierno, luego de haber convocado en la víspera al pueblo asistir a la plaza  sin  divulgar los motivos de la invitación.

Los asistentes escucharon atónitos y sorprendidos el anuncio de la anexión, no creyendo lo que habían oídos, pero comprobaron que la traición se había materializado al observar como se arriaba la bandera dominicana y se enhestada la de España.

Acto seguido los presentes comenzaron a dispersarse lentamente hacia sus respectivas viviendas, no produciéndose, por el momento, ningún incidente. Lo mismo no ocurrió en San Francisco de Macorís, donde se escenificó la primera protesta en contra de la anexión.

La acción arrancó en el mismo acto convocado para el cambio de bandera, lo que provocó que el pueblo se amotinara  y lanzara consignas como “abajo España”.

Las protestas fueron sofocadas por fuerzas  gubernamentales, pero no se pudo impedir que otros pueblos siguieran el ejemplo de los macorisanos, como fue el caso de Moca, donde el coronel José Contreras, encabezó a un grupo de revolucionarios opuestos a la anexión.   Los patriotas mocanos, con  Contreras a la cabeza, fueron fusilados   por “instrucciones precisas” de Santana.

El grupo de hijos de Moca  realizó su protesta a principios de mayo de 1861 y logró tomar la plaza, pero fueron vencidos por el anexionista Juan Suero, quien sería llamado por las tropas españolas el “Cid Negro”, por el valor que demostró en distintos lugares de batallas.

La anexión a España no fue aceptada por la totalidad de los dominicanos, quienes se manifestaron de distintas maneras, tanto en forma violenta como pacífica.

El Padre de la Patria Francisco del Rosario Sánchez, desterrado en Saint Thomas, repudió la anexión y se dispuso a combatirla militantemente retornando al país por Haití.

Sánchez se puso a la cabeza de un grupo de 20 patriotas, con la ayuda del presidente de Haití, general Geffrard, cruzó la frontera domínico-haitiana en junio de 1861.

Entre los patriotas que le acompañaban figuraban los generales José María Cabral, Fernando Taveras  y otros soldados antisantana.

Estos patriotas fueron traicionados por el general Santiago de Oleo,  en una emboscada tendida próximo a llegar a Hondo Valle, en la región Sur.

El  Padre de la Patria y sus compañeros fueron capturados vivos y trasladados a San Juan de la Maguana fueron  condenados a muerte por Santana, quien ni siquiera atendió los reclamos de la oficialidad española que perdonara la vida de los revolucionarios, que fueron fusilados de  forma masiva.

El Nacional

La Voz de Todos